Francisco Álvarez-Cascos intervino, tras conocerse los resultados de la contienda electoral una vez escrutado el 95% de los vostos, para agradecer el apoyo de los asturianos y renovar el compromiso de FORO para seguir trabajando por Asturias, ahora con más capacidad a través de sus representantes en el Congreso y el Senado.
INTERVENCIÓN DE ÁLVAREZ-CASCOS:
Una vez más, mis primeras palabras tienen que ser de gratitud a todas las asturianas y a todos los asturianos que se han movilizado hoy para acudir a las urnas, para hacer uso de la herramienta democrática más poderosa y más innovadora que tenemos, que es nuestro voto, para apostar libremente por el futuro de España.
En estas mismas circunstancias, tras el recuento de votos en la jornada electoral del 22 de mayo pasado, recordé que la costumbre recomienda enfatizar el éxito u ocultar la derrota. Las cosas son como son, y cualquiera que hubiese sido el resultado de estas elecciones generales, mis palabras serían y son las mismas: enhorabuena a toda la sociedad que ha protagonizado una jornada ejemplar.
De manera especial quiero agradecer su tenacidad, su esfuerzo, y su dedicación a las candidatas, a los candidatos de FORO, y a todos sus militantes y simpatizantes de Madrid y de Asturias, que contra reloj y contra el silencio mediático, contra las encuestas prefabricadas para favorecer el mal llamado “voto útil”, contra los adversarios más poderosos, políticos y no políticos, con una enorme fe han izado la bandera de la defensa de los intereses generales, han formado una verdadera piña y han hecho posible los resultados obtenidos. Me siento muy orgulloso de formar parte de este equipo, de contar con estos compañeros, y de compartir los esfuerzos electorales con estos excepcionales candidatos.
Como tuve ocasión de manifestar durante la campaña, las verdaderas victorias políticas no se producen en las noches electorales. La experiencia vivida nos enseña que quienes pueden hablar de los triunfos políticos no somos los representantes de las siglas, sino las personas anónimas que nos rodean y que forman la sociedad, que padecen los problemas y que han buscado la solución democrática con sus votos. Por eso afirmo que hoy no se ha producido un nuevo mapa de vencedores ni vencidos. Porque sigo pensando que los únicos ganadores de nuestra sociedad serán los parados que encuentren un empleo, los decepcionados que recobren la ilusión en el futuro, o los marginados que superen su situación de olvido y de discriminación durante los próximos cuatro años. Ellos son la primera asignatura de nuestra acción política. Son esos vientos del pueblo los que me alientan y animan, los que dan sentido a liderar una aventura colectiva contra el desánimo y hacia la esperanza.
El Gobierno de España, tal como estaba anunciado, ha cambiado de signo político y, dentro de la alternancia bipartidista crónica que en FORO no nos gusta, el Partido Popular ha obtenido legítimamente una mayoría absoluta y, por ello, felicitamos a su líder, a Mariano Rajoy, y a todos los candidatos elegidos que ahora tienen la obligación de tomar el timón legislativo y ejecutivo de la nave del Estado en unos tiempos de aguas procelosas, con el país en una situación dramática, y en unos tiempos marcados por la necesidad de acuerdos políticos y sociales más allá de la aritmética de los escaños.
FORO hace historia en estos comicios al ser la primera ocasión en que, en más de treinta años de democracia, un partido autonomista, reformista e integrador obtiene, en Asturias y con el apoyo de los asturianos, una representación en el Congreso de los Diputados.
Esta novedad, que se produce con una formación que fue fundada, como movimiento de rebelión cívica de la sociedad, hace poco más de diez meses, es un innegable paso hacia adelante, aunque el paso nos resulte más corto del que deseábamos. Hoy, nuestro partido, que en el pasado mayo obtuvo la mayoría para gobernar el Principado de Asturias, aumenta su representación y su fuerza en la defensa de los intereses asturianos con su presencia en el Congreso de los Diputados, que se suma a nuestra presencia en el Senado que ya teníamos, algo que sigue abriendo nuestros horizontes y amplía nuestra fuerza.
En el ámbito asturiano, la irrupción de FORO en la política nacional es una noticia positiva que abre caminos para nuestra consolidación en un futuro cercano con una presencia más amplia en las Cortes Generales. Hemos puesto, contra viento y marea, otra importante, modesta y novedosa primera piedra, y estamos seguros de que, con el apoyo de nuestros militantes y de nuestros simpatizantes, de aquéllos que creen que una Asturias mejor es posible, seguiremos haciendo camino al andar. A la presencia mayoritaria de FORO en la Junta General del Principado y a nuestra presencia en el Senado hemos sumado ahora nuestra incorporación al Congreso de los Diputados, que es algo que era difícil imaginar hace solo unos meses. Y, además, estos resultados liquidan democráticamente en el ámbito del parlamento nacional la anómala entente cordial entre el PSOE y el PP en Asturias, y transforman un mapa político que parecía inamovible hasta ahora.
Objetivamente, el análisis del resultado de FORO debemos hacerlo en relación con los resultados de nuestros partidos rivales en Asturias, en el reparto de los ocho escaños en la Cámara Baja que estaban en juego. A los indiscutibles buenos resultados del Partido Popular en el ámbito nacional, el PP asturiano nada ha sumado sino que, por el contrario, ha perdido dos escaños con respecto a los comicios del año 2000, y uno en comparación con los resultados de 2004 y de 2008. Es una caída significativa que contrasta con sus resultados en otras comunidades, y que insiste en la demostración, casi exhibición, de su declinante actuación en los últimos años en el Principado de Asturias. Algo parecido ocurre con el PSOE, que tuvo en Asturias uno de sus históricos baluartes, y que ha sido incapaz de eludir el grave castigo que hoy recibió por parte de los electores asturianos.
Los electores que han depositado su confianza en las candidaturas de FORO nos han asignado un diputado que, con nuestro representante en el Senado, son la garantía del cumplimiento de nuestro programa electoral en la función constitucional de apoyo parlamentario al Gobierno cuando dé respuesta a nuestras aspiraciones, y de control cuando suponga reincidir en los errores que han llevado a España a la triple crisis ética, económica y social que padecemos. También son la garantía de una España mejor, desde la defensa de los intereses de Madrid y de Asturias para equilibrar y reforzar la cohesión nacional del Estado de las Autonomías, capaz de neutralizar y de corregir la insolidaridad que nos conduce al Estado de los Nacionalismos tan perjudicial para España.
Como en el pasado mes de mayo, en esta campaña predicamos la grandeza de la humildad y la necesidad del esfuerzo. Hoy de nuevo renovamos nuestro compromiso con el trabajo a tres turnos para sacar adelante a Asturias, y reconocemos el mandato que recibimos de muchos ciudadanos que nos reiteraron su confianza para que en las Cortes Generales impulsemos la nueva política de cambio que no excluya a ninguna Comunidad Autónoma ni otorgue privilegios a alguna, al servicio de todos los españoles, antes que al servicio de un partido, de un colectivo o de un territorio concreto.
Nos esperan tiempos duros y difíciles, en los que será necesario movilizar todo el potencial de nuestra gente y de nuestra tierra. España y Asturias necesitan la colaboración y la ayuda de todos. Sabemos que sumar no es suplantar ni sustituir sino ampliar y añadir. Una vez más, por FORO no va a quedar el empeño en sumar. Si en mayo desde la mayoría autonómica solicitábamos a todos el esfuerzo para sumar, ahora, a la nueva mayoría nacional en el Congreso, en el Senado y en el Gobierno de España se la brindamos, en cumplimiento de nuestra vocación y dentro de los límites de nuestros compromisos programáticos.
Como hicimos con el Gobierno saliente, pretendemos que el Gobierno de España entrante interprete este ofrecimiento de colaboración de FORO como un gesto de profundo significado político, en unos tiempos difíciles para nuestra convivencia constitucional, desde una tierra que aspira a compartir con las demás el camino hacia Europa, sin ser privilegiada ni marginada, sencillamente porque la mejor España no se entendería sin Asturias y Asturias no la entendemos sin España.