Madrid, 2 de marzo de 2022 – El próximo 5 de marzo se celebra el Día Mundial de la Eficiencia Energética, una fecha que busca concienciar sobre lo importante que es utilizar la energía a nuestro alcance de forma eficiente y sostenible. Con los precios de los combustibles fósiles y la electricidad disparados por la coyuntura mundial, un uso racional de nuestros suministros nos ayudará a mitigar el gran impacto que tiene el aumento del coste de la energía sobre nuestra economía doméstica.
Según datos de finales de 2021 dados a conocer por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, España superó en 2020 el objetivo comunitario del 20% de porcentaje de eficiencia, llegando hasta el 35,4%. Pero estas cifras están condicionadas por el impacto de la pandemia y la menor actividad económica derivada de los duros meses de confinamiento.
Aún queda mucho camino por recorrer para que los hogares sean eficientes a nivel energético, y para ello debemos prestar especial atención a aquellos consejos que más inciden en ese ahorro y ahuyentar los falsos mitos sobre determinadas acciones que mucha gente sigue creyendo que son eficientes. En el Día Mundial de la Eficiencia Energética, SPC, la compañía tecnológica española especializada en el desarrollo de productos smart, recopila unos y otros a fin de contribuir a un futuro más sostenible, tanto para nuestra economía como para el medio ambiente.
La calefacción, ¿mejor apagarla cuando no se use o dejarla a temperatura constante?
Se tiende a creer que apagar y encender la energía genera un pico de consumo, cuando en realidad no es así. Según estimaciones del IDAE, si apagamos la calefacción por la noche y la encendemos a primera hora de la mañana, reduciremos nuestro consumo. Y es que cuando dormimos, y la casa puede mantenerse a buena temperatura gracias al calor generado durante todo el día, basta con que la casa se encuentre a una temperatura de entre 15 y 17ºC para descansar de manera confortable.
Si resulta complicado mantener la casa en esa franja de temperaturas, quizá el problema sea otro: un mal aislamiento de la casa, que provoca que el calor se escape por las juntas de las ventanas. Por fortuna, eso es fácilmente subsanable con burletes, que cuestan entre cinco y diez euros.
También tenemos la opción, en aquellas zonas más frías, de mantener atemperadas aquellas estancias de la casa que habitamos y dejar sin calentar las menos ocupadas. En este sentido, soluciones de control climático como el kit de válvula inteligente SPC Vesta Starter Kit permiten gestionar la temperatura de cada rincón de la casa de manera precisa, lo que a la larga incidirá en un menor consumo de energía y un ahorro considerable.
¿Programar la lavadora y el lavavajillas para la noche nos ayuda a ahorrar?
Depende de si tenemos contratada una tarifa fija y constante durante las 24 horas del día (mercado libre), o bien tenemos discriminación horaria por estar en el mercado regulado PVPC. Si nuestra tarifa contratada es fija, el coste de poner una lavadora o de utilizar el lavavajillas será siempre el mismo, a cualquier hora del día. En cambio, si tenemos una tarifa con discriminación horaria, el consumo en el periodo valle resultará más asequible que en las horas punta, aunque se recomienda consultar (ya existen aplicaciones y webs que lo muestran) qué cuesta la electricidad por franjas horarias, pues normalmente de madrugada y los fines de semana su importe es menor.
Si nuestros electrodomésticos carecen de programación horaria, siempre podemos recurrir a un enchufe inteligente como el SPC Clever Plug USB y controlar su accionamiento a distancia para programarlos a nuestra conveniencia, adaptándonos así a los mejores precios de la tarifa de electricidad que tengamos contratada. Si queremos ahorrar algo más con estos electrodomésticos, en el caso del lavavajillas podemos apostar por programas ecológicos, que son más largos pero gastan menos energía; y en el caso de la lavadora, por programas de agua fría, con centrifugados más o menos cortos en función de si podemos aprovechar la luz solar para secar las prendas.
¿Tanto gastan los aparatos enchufados cuando no se utilizan?
El consumo fantasma de los electrodomésticos, el llamado standby, se produce cuando los aparatos están en reposo e incluso apagados, pero conectados a la corriente. El más conocido de todos quizá sea el led rojo del televisor, que rápidamente se acciona en cuanto pulsamos sobre el mando a distancia. Esta puesta en marcha rápida de los electrodomésticos tiene su coste energético: un 10,7 % del consumo total de la vivienda al año, según el IDAE, lo que en la práctica sería como tener otro electrodoméstico de alto consumo en el hogar, como un ordenador de sobremesa o un lavavajillas.
Por fortuna, los enchufes inteligentes actúan también como vigías de este consumo residual pero constante, y pueden evitarlo al accionarse de manera muy intuitiva y a distancia.
¿Es suficiente con instalar bombillas LED en casa para ahorrar en la factura de la luz?
Aunque contar con iluminación LED en casa es un ahorro considerable respecto a las bombillas incandescentes de toda la vida, al ser muy eficientes y emitir poco calor (como es el caso de las bombillas Wi-Fi inteligentes), el ahorro puede ser aún mayor si las combinamos con interruptores Wi-Fi como SPC Hemera, que no solo controla la iluminación desde su frontal a modo de interruptor convencional, sino que permite encender y apagar las luces a distancia desde tu dispositivo móvil, en cualquier lugar y momento. Una forma muy práctica y sencilla de tener un control absoluto de la iluminación del hogar, con el consiguiente ahorro en la factura de electricidad.
¿Las etiquetas energéticas de los electrodomésticos sirven de algo?
Desde el pasado 2021, la eficiencia energética de los electrodomésticos ha cambiado y hemos vuelto a la escala de A (mayor eficiencia) a G (menor), en lugar de la escala A+++/D. Además, al ser una escala más exigente, un electrodoméstico de 2020 muy eficiente (A+++), si se ha fabricado en 2021 probablemente ahora sea de clase B.
En aquellos dispositivos de gran consumo como el frigorífico, el lavavajillas, la lavadora y la secadora, resulta conveniente prestar atención a su clasificación, ya que las nuevas etiquetas, además del consumo energético, también recogen otros datos de interés como el consumo de agua, el ruido en decibelios, etc. Por tanto, las etiquetas energéticas son una estupenda manera de tener en cuenta el gasto de cada electrodoméstico y un factor de decisión importante si queremos reemplazar nuestros viejos aparatos por unos más eficientes, ahorrándonos unos cuantos euros ya no solo en el recibo de la electricidad, sino también en el del agua.