– Cerca del 3% de la población en Asturias padece glaucoma, una patología silente que no presenta síntomas hasta alcanzar una fase avanzada, lo que dificulta su diagnóstico y tratamiento precoz.
– El Hospital de Cabueñes forma a residentes y adjuntos en las técnicas quirúrgicas más novedosas para el abordaje del glaucoma, la principal causa de ceguera irreversible en España.
– Las personas con glaucoma que reciben un tratamiento en fases iniciales pueden controlar la enfermedad y retrasar su progresión
Gijón, Feb. 28, 2022 – Cerca del 3% de la población en Asturias padece glaucoma, 1 una de las principales causas de ceguera irreversible en España.2 Esta es una enfermedad silenciosa cuyo tratamiento en fases iniciales puede evitar el desarrollo de dicha ceguera irreversible. Sin embargo, los expertos advierten que el 50% de las personas con glaucoma no han sido diagnosticadas, ni, por tanto, tratadas con prontitud.3 Por ello, el Hospital de Cabueñes imparte del 25 al 26 de febrero el “Curso de Wetlab Glaucoma” en el que Allergan, an AbbVie company, colabora para ofrecer soluciones frente a esta enfermedad.
La dirección del curso cuenta con los principales expertos en el abordaje del glaucoma en Asturias: el Dr. Crisanto Alonso, jefe de Servicio del Hospital Universitario de Cabueñes, la Dra. Laura Alfaya, glaucomatóloga del mismo hospital, y el Dr. Pedro Pablo Rodriguez, de la Unidad de Glaucoma del Instituto Oftalmológico Fernandez Vega.
El glaucoma es una enfermedad de gran impacto en la calidad de vida de las personas a causa de la pérdida de visión irrecuperable que provoca a medida que avanza. Generalmente, comienza afectando a la visión periférica o lateral, creando un “efecto túnel” en la visión de los pacientes.A medida que la enfermedad progresa “el efecto túnel” es cada vez más pronunciado, algunos pacientes también manifiestan pérdidas repentinas de la visión y a largo plazo pueden sufrir ceguera de forma irreversible.
Una de las líneas de actuación frente a la enfermedad es la cirugía, que ha cobrado una gran importancia a la hora de abordar el glaucoma. El objetivo principal de la intervención quirúrgica es reducir la presión intraocular (PIO). Se trata del principal factor de riesgo del glaucoma y su progresión. El Dr. Crisanto Alonso, Jefe de Servicio del Hospital Universitario de Cabueñes detalla que “contar con un nivel de PIO por encima de los límites estadísticamente normales es el principal factor de riesgo sobre el que se centra la actual estrategia terapéutica. En función de los valores PIO del paciente, se toma la decisión de cuál es la intervención quirúrgica más adecuada para reducir la PIO y controlar y frenar la enfermedad, con el objetivo final de evitar la progresión del glaucoma y la posible ceguera irreversible”.
El curso de iniciación a la cirugía de glaucoma que el Hospital de Cabueñes imparte a residentes y adjuntos que se inician en cirugía del glaucoma provenientes de varios hospitales es una formación teórico-practica donde los participantes podrán aprender y practicar las diversas técnicas quirúrgicas frente al glaucoma con ojos de cerdos y simuladores. Algunas de las intervenciones quirúrgicas impartidas consisten en las cirugías tradicionales (como la trabeculectomía y la esclerectomía profunda no penetrante), y las técnicas más novedosas que son mínimamente invasivas como la intervención valvular.
En este aspecto, el Dr. Crisanto Alonso apunta que “es necesario formar a los futuros profesionales de la oftalmología para que conozcan las distintas opciones de tratamiento con las que cuentan los pacientes con glaucoma. Ello se debe a que en fases iniciales podemos utilizar una intervención menos invasiva, que siempre es mejor para el paciente y su calidad de vida. En fases más avanzadas debemos proceder con intervenciones más invasivas”. Así, el Dr. Crisanto Alonso subraya que también “es importante continuar investigando para innovar e introducir nuevas cirugías en el manejo de las distintas fases del glaucoma, de forma que los pacientes puedan contar con la solución más adecuada a su situación y que sea lo menos agresiva posible también en fases avanzadas”.
Los pacientes que son tratados en fases iniciales pueden retrasar la evolución del glaucoma
Lograr un diagnóstico precoz significa identificar el glaucoma en una fase inicial de la enfermedad, es decir, cuando aún no se ha producido una pérdida de visión. El fin de detectar la enfermedad a tiempo es recibir un tratamiento antiglaucomatoso lo más temprano posible para controlar y retrasar la evolución de la enfermedad. Ello se debe a que, según explica el Dr. Pedro Pablo Rodriguez, de la Unidad de Glaucoma del Instituto Oftalmológico Fernández-Vega, “la fase evolutiva en la que se empieza el tratamiento frente al glaucoma influye en la evolución de la enfermedad. Es decir, se ha demostrado que, si tratamos a los pacientes en una fase inicial, la probabilidad de frenar la evolución de la enfermedad es mayor. Por este motivo, es necesario que identifiquemos a tiempo a aquellos pacientes con glaucoma, para que puedan ser tratados con la mayor prontitud posible y así reducir los casos de ceguera irreversible”.
Sin embargo, debido a que el glaucoma es una patología que no presenta signos o síntomas hasta que la enfermedad alcanza un estado avanzado, en muchos casos se diagnostica tardíamente. De hecho, los expertos sospechan que actualmente el 50% de las personas que padecen glaucoma no han sido diagnosticadas. La mejor fórmula para detectar a tiempo una enfermedad ocular como el glaucoma es acudir a revisiones periódicas oftalmológicas a partir de los 40 años para medir la presión intraocular.
En este aspecto, el Dr. Pedro Pablo Rodríguez sostiene que “es necesario generar conciencia de que las enfermedades oculares pueden causar una discapacidad visual irreversible que afecta a la calidad de vida de las personas”. Las patologías silenciosas como el glaucoma no se perciben en fases iniciales, pero tienen un enorme impacto en fases más avanzadas cuando presentan síntomas de pérdida de visión. Por ello, “para evitar llegar a este punto de la enfermedad debemos fomentar que las personas acudan a revisiones oftalmológicas, y también ofrecer soluciones con agilidad y prontitud, ya que ha quedado en evidencia que en fases iniciales es posible utilizar un tratamiento menos invasivo y que permite retrasar la evolución de la enfermedad con mayor efectividad”.