Oviedo/Uviéu, 23 de febrero de 2021. La micromovilidad ha revolucionado en los últimos años la forma en que nos movemos por la ciudad. Las bicicletas eléctricas y los patinetes eléctricos son parte de nuestro paisaje y se utilizan cada vez con más frecuencia para desplazarse por áreas urbanas. Uno de cada 13 desplazamientos urbanos se realiza en la actualidad mediante vehículos de movilidad personal. El Vicerrectorado de Sostenibilidad, Movilidad y Medio Ambiente de la Universidad de Oviedo ha puesto en marcha un proyecto piloto de implantación de estaciones de guardado y carga de baterías para vehículos de movilidad personal (bicicletas y patinetes eléctricos). El fin de este proyecto es dar soporte a los usuarios de la comunidad universitaria que hacen uso de este tipo de vehículos, con el objeto de mejorar la gestión de su aparcamiento y mejorar la huella de carbono que genera la propia Universidad.
Sandra Velarde, vicerrectora de Sostenibilidad, Movilidad y Medio Ambiente, destaca que, con este proyecto piloto, la Universidad de Oviedo da respuesta a un compromiso adquirido con la comunidad universitaria que figuraba ya en el programa electoral del equipo de gobierno. Velarde añade que esta iniciativa forma parte de un proyecto más ambicioso que persigue humanizar los campus universitarios y abrirlos a la ciudadanía, con medidas como la dotación de puntos de recarga, programas de coches eléctricos compartidos o una gestión más eficiente de los espacios de aparcamiento.
De momento, en esta primera fase del proyecto, se han instalado siete estaciones de guardado y carga de baterías para patinetes eléctricos y una estación de guardado y carga de baterías para bicicletas eléctricas, distribuidas en los Campus de El Milán (Aulario A) y Gijón (Edificio Polivalente de la Escuela Politécnica de Ingeniería). Cada uno de los espacios de almacenamiento está equipado con un sistema de carga adaptable, conectado a la nube, al que se puede acceder mediante una aplicación disponible en iOS / Android, que ofrece una amplia gama de servicios para los usuarios y para la propia universidad. La institución académica podrá así disponer de información de uso en tiempo real, duración de la ocupación, duración del proceso de carga, consumo de energía y ahorro de CO2, lo que ayudará a evaluar objetivamente el valor añadido del proyecto piloto emprendido.