- Aunque aplaude la iniciativa, considera insuficientes las medidas contempladas en el Real Decreto 95/2022 de 1 de febrero, por el que se establece la ordenación y las enseñanzas mínimas de la Educación Infantil
- Alude al derecho de las familias a elegir para sus hijas e hijos sordos programas educativos bilingües en lengua de signos de calidad que contemplen una dotación de recursos suficiente
Madrid, 3 de febrero de 2022.- La CNSE, Confederación Estatal de Personas Sordas, ha solicitado al Ministerio de Educación y Formación Profesional que se comprometa con una educación bilingüe en lengua de signos de calidad. Un derecho que tanto la Ley 27/2007 como la Convención de la ONU sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad establecen para el alumnado sordo y que, como tal, ha de contemplar una dotación de recursos suficiente para trasladarse a la práctica.
Según ha declarado la entidad, es plausible que el Real Decreto 95/2022 de 1 de febrero por el que se establece la ordenación y las enseñanzas mínimas de la Educación Infantil visibilice en su articulado la lengua de signos como parte de la oferta educativa, si bien considera que no es suficiente. “Su inclusión como lengua vehicular y de comunicación en edades tempranas en la etapa de Infantil requiere la presencia de profesorado competente en la materia, de cotutores y cotutoras, y de profesionales sordos especialistas en lengua de signos”.
Una condición, la de contar con referentes adultos sordos que contribuyan a la correcta transmisión y adquisición de esta lengua por parte de las niñas y los niños sordos y a la construcción de una imagen positiva de sí mismos que para Concha Díaz, presidenta de la CNSE, se les está negando de forma sistemática conduciéndoles a situaciones de privación lingüística indeseadas. “Actualmente en España, pocas familias son tan afortunadas como para poder elegir una educación realmente inclusiva para sus hijas e hijos sordos”, ha denunciado. “Sigue sin existir una normativa estatal de referencia que garantice unos mínimos comunes para todas las comunidades autónomas; carecemos de una red de centros bilingües que garanticen el uso y el estudio de la lengua de signos y que cuenten con profesorado sordo; y en la enseñanza secundaria y universitaria, cada vez son más los estudiantes sordos, padres y madres que denuncian la escasez o ausencia de intérpretes en los centros en los que cursan sus estudios”.
En este sentido, la presidenta de la CNSE ha instado a las administraciones educativas a ir más allá en cuanto a dicha ordenación se refiere, y regular el qué, el cómo, el cuándo y el dónde incorporar la lengua signada en cada una de las etapas educativas de manera que el alumnado sordo pueda compartir entornos de aprendizaje en lengua de signos con otras niñas, niños, jóvenes y adultos sordos. “Es tarea del Estado regular las condiciones para garantizar el aprendizaje, conocimiento y uso de la lengua de signos en condiciones de igualdad, así como los requisitos de una educación bilingüe que contemple la lengua de signos en el acceso a los contenidos curriculares”.
