Esta mañana se ha informado en rueda de prensa de las nuevas 9 obras que el Museo Nacional del Prado ha depositado en el Museo de Bellas Artes de Asturias y que se podrán disfrutar a partir de finales de la próxima semana en el centro regional. El conjunto seleccionado responde a la reorganización y racionalización que desde la pinacoteca nacional ha experimentado el llamado Prado disperso, un ambicioso programa a través del cual la institución nacional tiene depositadas más de 3.200 obras fuera de sus muros. En esta ocasión, el Museo de Bellas Artes de Asturias será uno de los primeros centros receptores en disfrutar de la reordenación de los fondos prestados por el Museo Nacional del Prado a las distintas instituciones museográficas nacionales. Y lo hará con nueve pinturas, todas ellas pertenecientes al siglo XIX, y realizadas por pintores nacidos o relacionados con Asturias que ingresarán en el discurso permanente del museo provincial a finales de la próxima semana.
Dionisio Fierros (La Ballota, Cudillero, Asturias, 1827-Madrid, 1894), Ignacio Suárez Llanos (Gijón, 1830-Madrid, 1881), Paulino de la Linde (n. Granada, 1837), Joaquín María Herrer y Rodríguez (Madrid, 1840-doc. 1915), Agustín Lhardy (Madrid, 1847-1918), Antonio Amorós y Botella (Alicante, 1849-Madrid, 1925), Tomás Campuzano (Santander, 1857-Madrid, 1934), Juan Martínez Abades (Gijón, 1862-Madrid, 1920) y Ventura Álvarez Sala (Gijón, 1869-1919) serán los nueve autores de nuevas pinturas que enriquecerán la colección del Museo de Bellas Artes de Asturias. De ellos, 6 estaban ya presentes a través de otras obras y depósitos del propio Museo Nacional del Prado, mientras que los 3 restantes entrarán de forma inédita en la pinacoteca regional.
De todos ellos destaca, sin duda, la obra de Ignacio Suárez Llanos, titulada El último viaje de Felipe II a El Escorial (1881), por ser la primera pintura de historia que se expondrá en el museo asturiano.
Junto a este magnífico depósito de obras, el director del Museo de Bellas Artes de Asturias, Alfonso Palacio, también ha detallado toda una serie de acciones colaborativas con la pinacoteca nacional en las que el museo asturiano lleva trabajando desde hace unos meses y que se prolongarán a lo largo del 2022. Dichas acciones atañen a los siguientes puntos: actualización de los fondos pertenecientes al Museo Nacional del Prado en la página web del museo asturiano; una exposición temporal que tendrá lugar durante el periodo estival con algunas de las obras pertenecientes a la gran pinacoteca nacional y que irá acompañada de un catálogo-guía en el que se prevé que participen conservadores del Museo Nacional del Prado, expertos y algunos de los responsables del Museo de Bellas Artes de Asturias; y, finalmente, un ciclo de conferencias que se desarrollará a propósito de la citada muestra durante los meses centrales del año.
Toda una serie de acciones que, en definitiva, hermanarán aún más si cabe al Museo Nacional del Prado con el Museo de Bellas Artes de Asturias, generando nuevas lecturas y disfrutes por parte del público que visite las salas de la institución asturiana.
El depósito del Museo Nacional del Prado funciona como un complemento extraordinario de las colecciones del Museo de Bellas Artes de Asturias, otorga apoyo a sus líneas de investigación científica, refuerza la calidad de su exposición permanente, permite el sostenimiento de muchas de sus actividades educativas y consigue, a través de la Institución asturiana, una perpetua difusión y un conocimiento sistemático de los fondos de la Pinacoteca Nacional.