El Ayuntamiento de Gijón, a través de la Empresa Municipal de Aguas de Gijón y la Concejalía de Medio Ambiente, retoma la actividad presencial por el Día Mundial del Retrete con charlas y talleres en 20 centros educativos del municipio. Se han llevado a cabo en 57 aulas de educación infantil y 11 de secundaria con los populares personajes Pipí, Popó y Papel, y han participado 1750 escolares.
El objetivo es informar acerca del daño que supone arrojar objetos al inodoro, como toallitas, en muchas ocasiones por desconocimiento. Además, para un buen uso del mismo, se repartirán pegatinas dirigidas a los establecimientos públicos.
Este año, bajo el lema ‘Valoremos los retretes’, Naciones Unidas hace hincapié en cómo hay ciertos lugares del mundo en los que los sistemas de saneamiento apenas tienen financiación, están mal gestionados o descuidados. Ello conlleva consecuencias devastadoras, especialmente en comunidades con pocos recursos o marginadas, ya que es un foco de contaminación de las fuentes de agua potable, de los ríos y playas, y de los cultivos alimentarios, propagando enfermedades mortales entre la población.
Por tanto, el Día Mundial del Retrete pretende sensibilizar a la opinión pública sobre los 3.600 millones de personas que viven sin acceso a servicios de saneamiento seguros, 10 millones de ellas dentro de la Unión Europea. También promover la adopción de medidas para hacer frente a la crisis mundial del saneamiento y lograr el Objetivo de Desarrollo Sostenible 6: agua y saneamiento para todos de aquí a 2030.
En ese sentido, la Empresa Municipal de Aguas de Gijón se ha adherido a la iniciativa de la Asociación Española Abastecimientos de Aguas y Saneamiento (AEAS) por la que se insta a la Comisión Europea a tomar las medidas oportunas para frenar esta situación, teniendo en cuenta el Pacto Verde Europeo como una oportunidad para garantizar el acceso equitativo al saneamiento para todos. Asimismo, los efectos del cambio climático podrían dañar las redes de saneamiento, las fosas sépticas, las plantas de tratamiento y crear una emergencia de salud pública, por tanto, se debe minimizar el impacto de las aguas residuales que se vierten sin un tratamiento adecuado.