Carta a nuestros compañeros y compañeras habitantes del futuro
Hoy es 16 de noviembre de 2021 y desde este bosque de Muniellos, en el corazón verde de Asturias, alumnos y alumnas de varios colegios e institutos os enviamos esta carta para deciros que el cambio del clima está ya afectando a los pueblos y ciudades en donde ahora vivimos, y que nos preocupa que sus consecuencias sean más graves en ese futuro en el que vosotros vivís.
Somos muy jóvenes y no hemos vivido todavía tanto tiempo como para notar que el clima haya cambiado, pero nuestros abuelos y abuelas nos dicen que el tiempo está loco, que ya no nieva como antes, que desde hace un tiempo llueve menos pero más intensamente, y los veranos empiezan y terminan cada año más tarde. También sabemos, porque nuestros profesores y profesoras nos lo han enseñado, que los científicos, basándose en sus estudios, están completamente convencidos de que es verdad, que ese cambio es real. Y que su causa son los gases de efecto invernadero que emiten las fábricas, los motores de los vehículos, las calefacciones de nuestras casas, al formar una capa que no deja escapar al espacio la radiación solar, y así la tierra se está calentando más rápido que nunca antes. Las consecuencias, nos dicen, pueden ser muy graves: el nivel del mar subirá y afectará a nuestras costas y playas, bosques como éste en el que estamos estarán en peligro, tendremos más plagas en los cultivos y enfermedades del ganado, y el aumento de la temperatura perjudicará sobre todo a las personas más vulnerables de nuestra sociedad. Si todas estas cosas las estáis notando ya vosotros que vivís en el futuro, es que hemos fracasado en el propósito que nos ha traído hoy aquí para enviaros este mensaje.
Somos estudiantes y confiamos en la ciencia, hemos visto cómo los progresos científicos han traído muchos beneficios; la última prueba de ello está en la vacuna contra el COVID-19, que está consiguiendo detener esta enfermedad que en 2020 y 2021, como seguramente sabréis, se ha extendido por todo el mundo y nos ha hecho cambiar nuestro día a día, hasta el punto de estar incluso confinados durante un tiempo en nuestras casas.
Confiamos en la ciencia y por eso hoy, junto con tantos chicos y chicas como nosotros en los cinco continentes, damos la voz de alarma también aquí, en Asturias: estamos en emergencia climática, y es necesario actuar ya si no queremos que el calentamiento global se acelere aún más y ponga en peligro la supervivencia de nuestra especie en este pequeño planeta.
La situación es muy preocupante, pero la buena noticia es que creemos que aún hay tiempo. Es verdad que algunos cambios ya no tienen vuelta atrás y que tendremos que adaptarnos, pero todavía hay esperanza, podemos evitar la catástrofe. Y todos podemos contribuir a ello. “A granín y a granín, faise molienda pal molín” o, como dice una de nuestras compañeras, “si cada uno pusiéramos de nuestra parte, aunque sea algo, empezaría por fin el cambio”.
Por nosotras y nosotros no va a quedar. Nos comprometemos a cuidar y respetar nuestro entorno más cercano, nuestras casas, nuestros colegios e institutos, los parques y los jardines de nuestros pueblos y barrios; a usar menos el coche y caminar más o movernos en bicicleta, a reducir todo lo posible nuestros residuos; después de todo, no es más feliz quien más tiene, sino quien menos necesita. Y también pedimos a quienes nos gobiernan que escuchen a los científicos, asuman su responsabilidad y tomen medidas urgentes para reducir las emisiones, aprovechar la energía del sol y del viento, construir ciudades para las personas, no para los coches, y mejorar los servicios y las oportunidades de empleo para que podamos vivir en los pueblos con la misma calidad
de vida que en las ciudades, y que ese cambio tan necesario sea justo y tenga en cuenta especialmente a la gente más vulnerable.
Precisamente la semana pasada, representantes de todos los países del mundo se reunieron en una región que tiene mucho en común con la nuestra, por lo verde y por su pasado carbonero. Estuvieron en Glasgow, Escocia, debatiendo qué hacer ante esta emergencia global. Desde aquí trasladamos nuestro deseo de que hayan alcanzado buenos acuerdos, de manera que el planeta en que nos toque vivir y en el que viváis vosotros sea habitable y digno de ser vivido. Es nuestro futuro y nuestro derecho.
Esperamos que en el año 2070, cuando leáis esta carta, amigos y amigas del porvenir, todos estos compromisos, esperanzas y anhelos se hayan cumplido, y en vuestra Asturias el aire y el agua sean abundantes y limpios, los bosques frondosos, como éste de Muniellos, y vuestros pueblos y ciudades estén llenos de alegría y vida.
Os enviamos, a través del tiempo, un fraternal abrazo,
Alumnos y alumnas de los colegios de Pola de Allande, La Salle, -La Felguera- y Carlos Bousoño, de Boal, y de los institutos de Los Campos, en Corvera, de Pravia y Valle de Aller; en representación de todos los niños y niñas de Asturias.