Eucalipto para el catarro, melisa para la digestión o aceite de hipérico para las quemaduras, remedios propuestos por la fitoterapia
RAG/DICYT Los vahos de eucalipto y las flores de saúco sirven para aplacar los síntomas del resfriado. La menta, la melisa o la manzanilla ayudan a tener una buena digestión, mientras que la tila, la pasiflora o la valeriana contribuyen a mitigar el nerviosismo y el insomnio, y el aceite de hipérico a curar heridas y quemaduras. Con estas plantas medicinales se puede elaborar un botiquín casero, tal y como demostrará hoy Carmen Pérez, profesora de la Universidad de León (ULE) en un taller organizado en Ponferrada con motivo de la Semana de la Ciencia 2011 en el que también enseñará a los asistentes a detectar las impurezas que en ocasiones suelen acompañar a los productos que se adquieren en los herbolarios.
Además de servir para paliar estas dolencias, estos fitofármacos se pueden utilizar también para prevenir su aparición, por lo que comenzar a beber infusiones de tomillo u orégano, endulzadas con miel, a partir de octubre, puede hacer a una persona menos propensa a sufrir un catarro, por ejemplo, ha destacado a DiCYT Pérez, quien la actividad de esta tarde ilustrará a los asistentes sobre los diversos estados de estas plantas o su transformación en condimentos, cremas, cataplasmas o vinos.
Con el desarrollo de la medicina moderna, estos remedios han sido abandonados por un sector de la población, sin embargo, su efectividad está "perfectamente contrastada" en diferentes publicaciones científicas y para enfermedades que no sean graves "se ha desmostrado que funcionan". La principal diferencia entre un medicamento y estos elementos naturales suele ser la rapidez. "Las plantas medicinales no actúan con la misma rapidez que un medicamento. Dicen que un catarro bien curado dura ocho días, y con una planta medicinal el tiempo de curación o alivio de los síntomas es un poco más largo que con un medicamento más fuerte. Las prisas que tenemos a veces no nos permiten recurrir a estas plantas y preferimos tomar el medicamento que hacer una infusión", ha expuesto.
Complemento de la medicina moderna
En países como Alemania y Francia la fitoterapia se estudia en las facultades y se le da mucha importancia como complemento de la medicina moderna para determinados tratamientos. En los últimos tiempos, muchos médicos se han dado cuenta de estos productos son buenos como complemento de la medicación habitual de los enfermos crónicos. "Si estos pacientes muy medicados tienen problemas de estómago o mareos, en vez de darles fármacos de síntesis les dicen que su enfermedad podría mejorar con una fitoterapia. En realidad, la fitoterapia debería de ayudar mucho a la medicina actual, en los casos en los que el problema del enfermo no sea muy grave", ha afirmado.
La profesora ha avisado de que, a pesar de que estos remedios sean naturales, si se utilizan a la vez que un medicamento se ha de hacer bajo la supervisión de un profesional, puesto que con la toma conjunta se puede llegar a alterar el funcionamiento normal del organismo. Así por ejemplo, si una persona consume una medicina que hace que baje su nivel de glucosa y al mismo tiempo decide utilizar una planta medicinal que acarree el mismo efecto, el tratamiento le perjudicará. "El problema es que mucha gente piensa: bueno, como es natural, yo me lo voy a tomar. Por eso debería haber un trabajo muy estrecho entre los médicos y los expertos en estas plantas", ha incidido.
Remedios "de moda"
Cada cierto tiempo, es habitual que aparezca un nuevo producto natural al que se atribuyen una serie de cualidades que, en ocasiones, no produce o, si conlleva un beneficio para el organismo, no es el que se anuncia como reclamo. Entre los últimos que han surgido se encuentran unas setas procedentes de Asia de las que ha asegurado que pueden curar el cáncer, algo que Pérez ha negado tajantemente. En realidad, estas setas mejoran el sistema inmunológico, lo que hace que las personas que están siendo tratadas con quimioterapia o radioterapia sean menos propensas, por ejemplo, a infecciones. Pero en ningún caso cura el cáncer ni garantiza que el paciente no se vea afectado por las consecuencias que suele acarrear el tratamiento.
"Con estos remedios paliativos, nunca se puede decir: tómate esto que te va a curar el cáncer. Eso es muy contraproducente y a las personas y a la ciencia les hace mucho daño. Hay que ser veraces. Ni alarmistas ni demasiado confiados", ha concluido.