El Unicaja Banco Oviedo ha concedido la primera derrota del curso ante TAU Castelló que ha vencido de manera clara en Pumarín por 70-85.
No pudo ser. De hecho, otro resultado mucho más abultado podría haber campeado en el electrónico de Pumarín si el equipo y el público, en un ejercicio de respeto a sí mismos y a lo que significa el OCB se hubieran dejado ir. En el tercer cuarto, la desventaja era de 27 cuando los azulejeros veían el aro como una piscina tras una serie de seis triples inmaculada y los locales se perdían en ataque.
Lezkano había planteado un partido para proteger las debilidades en el juego interior, negar tiros fáciles a los acertados exteriores de TAU Castelló y madurar el juego en anotaciones bajas. Pero fue demasiado para un OCB que ya en los primeros compases vio cómo los visitantes se escapaban con parciales fáciles. Stutz, Hermanson y Faner atinaban de tres y, adentro, Cubero y Mcdonnell sufrían para parar a los interiores.
Apareció Arteaga, entonces, para sostener al equipo (14-15) pero de nuevo los castellonenses abrieron brecha para cerrar el primer cuarto y abrir el segundo con un 0-5 de parcial. Dos triples de Raúl Lobaco y dos acciones de Mcdonnell acercaron al OCB a cuatro puntos. La mínima desventaja desde el comienzo pero dos tiempos muertos de Toni Ten, aleccionaron a los suyos para llegar al descanso con un 29-40.
Tras volver de vestuarios, TAU Castelló entró en trance anotador mientras Unicaja Banco Oviedo trataba de no descomponerse. Difícil ante tamaña racha anotadora de los visitantes. Su registro desde el triple al terminar los primeros 30 minutos de juego era de 12 de 19 intentos: 63%.
Hasta perdiendo de 28 puntos llegó a ir el OCB que, sin embargo, se regaló a sí mismo lo que el técnico Natxo Lezkano ha explicado en rueda de prensa. Se ciño a su cultura del esfuerzo: "Si perdemos de 15 el objetivo es perder de 14, si ganamos de 15 el siguiente objetivo tiene que ser ganar de 16 y creo que eso lo tiene el equipo", ha indicado el entrenador que vio el final del partido desde la grada.
Porque Lezkano se vio expulsado tras dos recibir dos técnicas a falta de 8 minutos por jugar. Una inyección de moral para el público de Pumarín que, con todo perdido, en vez de entregarse, llevó en volandas a los suyos ovacionando primero al entrenador.
Poco a poco el equipo se creyó que podía hacer daño y dejar, al menos, al respetable satisfecho. El parcial de 27-16 del último cuarto así lo atestigua. Meana se activó, también Frey, hasta un desnortado Kamba vio el aro. Mcdonnell las peleó todas y a falta de 1.40 Castelló tuvo que pedir tiempo muerto por si las moscas.
No pudo ser, el próximo sábado, toca resarcirse en casa de un también complicado rival: CB Almansa con AFANION