Esta medición es esencial para seguir la progresión de la enfermedad y la aparición de resistencias al tratamiento del VIH/sida. Si el ensayo clínico demuestra su eficacia, la aplicación de esta nueva prueba supondría una importante mejora en la atención a pacientes VIH-positivos en países africanos.
El prototipo de una nueva prueba para medir de una forma rápida la carga viral del VIH, llamada SAMBA (siglas en inglés de Simple Amplification-Based Assay), está siendo evaluado actualmente en el hospital del distrito de Chiradzulu, Malaui, donde Médicos Sin Fronteras (MSF) lleva a cabo un programa de atención y tratamiento del VIH/sida, en colaboración con el Ministerio de Salud.
La carga viral del plasma humano refleja la actividad del VIH/sida, es decir, la multiplicación de las partículas virales (también denominadas ARN-VIH o copias) que circulan en la sangre. La medición de esta carga permite seguir la progresión de la enfermedad y es esencial para determinar la eficacia de los tratamientos antirretrovirales (ARV). Se hace con una muestra de sangre simple, tomando como base la cantidad de ARN-VIH (o copias) por mililitro de sangre (ARN-VIH/ml). Una carga viral detectable suele indicar el inicio de la resistencia a los tratamientos ARV. Es por tanto importante detectar muy rápido los fracasos terapéuticos para evitar una acumulación de mutaciones que haría que los tratamientos de segunda línea fueran menos efectivos.
En países ricos, la carga viral es el principal indicador utilizado para controlar el estado de los pacientes VIH-positivos. En los países africanos, el análisis de la carga viral (que debe realizarse en laboratorios altamente especializados) es con mucha frecuencia inaccesible o requiere demasiado tiempo. Actualmente únicamente hay dos laboratorios en todo Malaui que puedan realizar este análisis.
Una prueba rápida de la carga viral en laboratorios no especializados
La Unidad de Desarrollo de Diagnósticos (DDU) de la Universidad de Cambridge fue creada en 1987 para desarrollar pruebas innovadoras, rápidas, simples, económicas, más eficientes y adaptadas a condiciones difíciles. Esta unidad ha desarrollado el nuevo SAMBA, que permite detectar la presencia del virus por encima de un cierto umbral. La realización de la prueba y la interpretación de los resultados es fácil (consiste en leer una varilla) y no requiere los conocimientos de un técnico en biología molecular. Pero en su estado actual de desarrollo, el SAMBA requiere el uso de tres aparatos eléctricos, lo que por ahora todavía limita su uso en un país como Malaui.
En colaboración con la DDU y el Ministerio de Sanidad de Malaui, MSF participa en un ensayo clínico del SAMBA en condiciones reales, como parte de su programa de tratamiento del VIH/sida en Chiradzulu. Este estudio debería determinar si la prueba puede ser utilizada por personal local en laboratorios de hospitales rurales y medir su efectividad con pacientes VIH-positivos (excepto mujeres embarazadas y pacientes hospitalizados), tanto si están en tratamiento como si no. Todo el estudio se efectuará dentro del hospital del distrito de Chiradzulu, especialmente en el servicio de consultas de VIH/sida y en el laboratorio, utilizando una muestra de 100 a 200 pacientes.
“Aunque actualmente esta prueba sólo funciona con fuentes de corriente tradicionales, esperamos tener al final una tecnología todavía más simplificada para poder utilizarla a nivel más local, en centros de salud. Si el estudio SAMBA da buenos resultados, debería introducirse lo antes posible. Esto sería una mejora enorme en la atención a los pacientes y también debería permitir a los técnicos de laboratorio más cualificados concentrarse en realizar pruebas más complejas”, explica Monique Gueguen, patóloga clínica de MSF.
Malaui: 10 años de tratamiento ARV
En 1995, MSF inició un programa de tratamiento del VIH/sida en Malaui, en el distrito rural de Chiradzulu, y en colaboración con el Ministerio de Salud. Los primeros tratamientos con antirretrovirales (ARV) se ofrecieron en 2001. A principios de 2011, MSF está atendiendo a más de 27.000 pacientes, de los cuales18.000 están en tratamiento.
Actualmente MSF da apoyo a los programas de tratamiento de VIH/sida en 11 centros de salud del distrito de Chiradzulu. El equipo también trabaja en el hospital de distrito, especialmente en el servicio de tuberculosis, donde la tasa de mortalidad es más alta y la proporción de pacientes VIH-positivos mayor. MSF también ayuda al Ministerio de Salud a establecer servicios para prevenir la transmisión del VIH/sida de madres a hijos en cada uno de estos centros. Cada mes, más de 650 personas se incorporan al programa. De ellas, más de 300 empiezan el tratamiento ARV de inmediato.
MSF también lleva a cabo un programa de tratamiento del VIH/sida en el distrito de Thyolo, al sur de Malaui.
Foto: MSF