El Gijón de Jovellanos en la 'Hija de las Mareas'

El Gijón de Jovellanos en la Hija de las Mareas

Gijón/Xixón.Por José Sandoval.-La escritora gijonesa Pilar Sánchez Vicente vuelve a los anaqueles con una novela histórica vibrante, La hija de las mareas. La autora nos adentra en la Gijón de Jovellanos con una apasionante trama. "En el año 1820 Andrea Carbayo de Jovellanos, La Gabacha, hija de Gloria Carbayo, la Encantadora, y de Gaspar Melchor de Jovellanos, Jovino, escribe sus memorias para dejar constancia de las aventuras y desventuras que la llevaron al lugar donde se halla, perseguida por la intransigencia del inquisidor Valdés."

 

¿Qué período temporal abarca La Hija de las Mareas? 

La novela empieza con la última ballena que entra en Gijón en 1722 y termina en 1820 con el levantamiento de Riego. Un siglo que recorreremos con los ojos de Andrea Carbayo de Jovellanos, descendiente de una familia de sanadoras y curanderas, tradición que ella romperá para dedicarse a las letras en toda su extensión: traductora, escritora, maestra, impresora…  

 

¿La hija de las mareas es la gran novela que faltaba de Gijón?

Se desarrolla a caballo entre el siglo XVIII y el XIX y es cierto que esta época, con ser la más rica para la villa, es la menos novelada. Coinciden el desarrollo urbanístico promovido por Jovellanos, el florecimiento de los palacios y el auge de la riqueza, derivado de los productos americanos que entran por el puerto, desde esclavos a especias. Todo ello se truncará cuando los Borbones vendan el país a los Bonaparte por 30.000 de reales, provocando la Guerra de la Independencia. Pero no es solo la historia de Gijón, también la de Oviedo la que se cuenta. Las dos ciudades tienen una composición social distinta y creo que eso se refleja bastante bien.

 

¿Fue la Guerra de la Independencia como la pinta Goya?

Goya refleja como nadie la crueldad sin límites y el salvajismo, tanto de la ocupación como de la respuesta popular. Andrea, que escapó de la guillotina en Francia, verá peligrar su vida por ser considerada una afrancesada, en eso coincide con su padre, Jovellanos. Hay una escena que me tiene fascinada, fue un suceso dramático, pero de una plasticidad sobrecogedora. Se trata de la batalla de Renovales, que sucedió en el arenal de San Pedro, actual playa de San Lorenzo. Renovales era un general que partió de Cádiz a luchar contra los franceses, que por entonces ocupaban el norte de la Península. Tardó en armar la flota y se le echó encima el invierno para hacer la travesía, así que llegaron medio desarbolados de las tormentas. Vararon delante de Cimavilla y lanzaron varios obuses, uno de los cuales impactó en la casa de Jovellanos. Aquellos hombres del sur, mareados y en las peores condiciones, desembarcaron en la playa, sin saber que les estaban esperando, ocultos en el otro extremo del río Piles, los guerreros más temibles y salvajes: los mamelucos, que tan bien pinto Goya.

 

Su protagonista también vive la Revolución Francesa en primera línea de fuego…

Llega a Francia un poco antes de que se produzca y se encuentra con las revueltas del pan y una situación de miseria y hambre que le harán sentir muy de cerca la injusticia social. Y más cuando se junte con Olympe de Gouges, de quien será secretaria y con la que mantendrá una buena amistad. Juntas escribirán la Declaración de los Derechos de la mujer y de la ciudadanaLas dos quieren cambiar el mundo y lo intentarán con discursos, pasquines, octavillas y hasta un periódico. Como bien lamenta Andrea, las mujeres reclamaron igualdad y solo la consiguieron en el patíbulo. “Fuimos sus madres, y la revolución nos devoró”

 

¿Fue Jovellanos un buen padre para ella?

El poco tiempo que se trataron no cabe duda. Y ella será una buena hija. Mantienen una relación muy especial, ella es una rara avis en una sociedad anclada en el Antiguo Régimen. Muchas veces hablan en francés, para que no les entiendan y también para practicar. Dominar idiomas era tan importante como saber escribir y ella se defendía en varias lenguas, además de que llega a fundar dos diarios, uno en París y otro en Gijón. Él la hará custodia de su biblioteca de libros prohibidos, con un trágico final.

 

¿Qué papel juegan los Valdés?

En toda novela que se precie tiene que haber su dosis de amor, su pizca de humor y sobre todo un malo. La familia del inquisidor Valdés cumple ese papel con creces, persiguiendo a las Carbayo durante generaciones.


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