La alopecia es un problema médico que supone la pérdida de densidad capilar. Hay muchísimos tipos diferentes (unos 100), que se deben a factores de distinta índole: hormonales, estrés, alimentación, enfermedades... Según datos que maneja www.dosfarma.com, la farmacia online española líder del mercado, España es el segundo país del mundo con más casos de alopecia, casi la mitad de la población la tiene en algún grado. Así pues, la caída del cabello es un miedo para muchos, especialmente los hombres, quienes más la sufren.
Pero, no todos los tipos de caída del pelo son definitivos. En algunos casos, se trata de una caída leve que tiene que ver con el ciclo vital del cabello; en otros, hablamos de una pérdida rápida y abundante que hay que frenar a tiempo o tratar con un profesional. Estas son las causas más comunes por las que el pelo se cae:
Caída estacional
Para empezar, conviene saber que una persona sana tiene entre 100.000 y 150.000 cabellos. Todos ellos pasan por un ciclo vital, que empieza con la fase de nacimiento, sigue con una de crecimiento y acaba con la de reposo. Cerca del 10-15 % de los cabellos están en fase de reposo y terminarán cayéndose. En otras palabras: cada día perdemos cerca de 100 pelos de forma natural sin que eso suponga ningún problema.
Pero, ¿por qué se me cae tanto el pelo en otoño? Esta estación del año es la que más temen quienes tienen miedo de perder su cabello. Muchas personas aseguran que, cuando se acaba la época de calor, notan que se les cae más. ¿Qué hay de cierto en esto? Aunque, como decíamos anteriormente, un 10-15 % del pelo está en fase de reposo y caerá, hay épocas del año en las que ese porcentaje es más alto. Muere más pelo durante la primavera y tarda unos tres meses en caerse. No obstante, la gran mayoría volverá a crecer en tres o cuatro meses.
Alopecia androgénica
La alopecia androgénica (o calvicie común), que se debe a causas hereditarias u hormonales, es la más habitual en España. Es una pérdida capilar rápida y abundante. Por lo general, comienza con un retroceso en la línea del nacimiento del cabello (las clásicas entradas) y en la parte superior de la cabeza.
Afecta a cerca del 40 % de los hombres y a un 10 % de las mujeres. Esto se debe a que este tipo de alopecia se produce por los andrógenos, unas hormonas masculinas que hacen, entre otras cosas, que el pelo se vuelva más fino. Puede aparecer a cualquier edad, normalmente después de la pubertad, y suele acentuarse entre los 30 y los 40 años. No existe un tratamiento efectivo para combatir la pérdida capilar de la alopecia androgénica, aunque sí es posible frenar su avance si se utilizan métodos preventivos.
Alopecia difusa
Hace que el cabello se vuelva más fino y se vaya debilitando, con lo que se pierde a gran velocidad. Tiene múltiples causas, entre ellas enfermedades relacionadas con la tiroides o la falta de algunos nutrientes (como el zinc o el hierro).
Alopecia cicatricial
Algunas enfermedades de la piel pueden producir alopecia cicatricial, que supone pérdida del cabello en zonas afectadas por cicatrices, heridas o quemaduras. También puede aparecer por otras enfermedades, como infecciones.
Caída por ingesta de medicamentosLas personas que toman ciertas medicinas, como anticoagulantes o anticancerosos, pueden sufrir una pérdida de la densidad capilar, que durará mientras se mantenga el tratamiento.
Efluvio telógeno
Es una alteración en el ciclo vital de los cabellos: no lo completan correctamente y se caen antes de tiempo. A diferencia de la alopecia androgénica, el efluvio telógeno hace que el pelo se caiga por toda la cabeza, pero especialmente en los laterales y la parte trasera.
Se debe a muchos factores (deficiencia de vitaminas, anemia, enfermedades relacionadas con el sistema endocrino, alteraciones hormonales, fármacos...), pero uno de los motivos más comunes es el estrés. Una situación extrema puede desencadenar esta alteración en el desarrollo de los folículos pilosos, y el efluvio telógeno aparece entre 2 y 4 meses después de que ocurra la situación de estrés. En este caso, no se produce un daño irreparable en la raíz. Así pues, volverá a crecer si desaparece el factor que lo motivó, unos 6 o 12 meses después.
Cómo frenar la caída del cabello
Cuando se acerca el otoño, es habitual agobiarse al encontrar un gran número de cabellos en la almohada o en el suelo. Sin embargo, no siempre hay que preocuparse, aunque es recomendable consultar con el médico si notamos algo fuera de lo habitual. En el caso de que se trate de algún tipo de alopecia, es crucial detectarla a tiempo y, sobre todo, iniciar el tratamiento adecuado.
Más allá de los tratamientos que nos mande el médico, hay algunos consejos fáciles de seguir que ayudarán a mantener un pelo fuerte y sano y paralizar su caída. Los expertos de DosFarma han recopilado los más importantes, con los que cuidarnos este otoño y prevenir posibles problemas futuros.
1. Una dieta equilibrada, rica en vitaminas y minerales
La falta de ciertas vitaminas y minerales es motivo de aparición de varios tipos de alopecias. Estos son algunos de los nutrientes más importantes para la salud capilar, que pueden añadirse a nuestra rutina en un suplemento alimenticio o con pequeños cambios en la dieta:
- Hierro: se encarga de producir hemoglobina, la proteína que transporta el oxígeno al cuerpo. Es, por tanto, imprescindible para que el oxígeno llegue a la raíz del pelo. Se encuentra en alimentos como las legumbres, las espinacas o la carne de hígado.
- Zinc: ayuda a la absorción de los nutrientes y estimula el crecimiento del cabello. Se encuentra en las almejas, las carnes rojas, el queso o las avellanas.
- Omega-3: un extra de este nutriente ayuda a aumentar la densidad capilar y a frenar la caída. El aceite de oliva, el pescado azul y los mariscos son ricos en omega-3.
- Vitamina A: es la encargada de producir el sebo, que hidrata el cuerpo cabelludo. Si hay una falta de esta vitamina, se ralentiza el crecimiento capilar y se reseca la melena. Son ricos en vitamina A los huevos, las zanahorias, el brócoli o las espinacas.
- Biotina: es una de las vitaminas del grupo B. Un déficit de esta vitamina hace que el pelo se vuelva más débil, por lo que mantener un buen nivel es indispensable para evitar su caída. Está presente en los huevos, la leche o los plátanos.
- Cistina: es un aminoácido que forma parte de las proteínas que componen la fibra capilar. Al incorporarlo en nuestro organismo, ya sea a través de la dieta (judías verdes, brócoli, queso...) o de un suplemento, ayudaremos a fortalecer la salud del pelo.
2. Evitar el estrés
Puede ser un consejo difícil de seguir en determinados momentos de la vida. No obstante, hacer ejercicio con regularidad ayuda a reducir los niveles de ansiedad y estrés que pueden provocar el efluvio telógeno. Además, hacer deporte motiva el flujo sanguíneo y hará que llegue mejor al cuero cabelludo.
3. Secar sin agresividad
Hacer movimientos bruscos y fuertes para secar el pelo con la toalla no solo lo encrespará más, sino que puede dañar la fibra capital. Lo más recomendable es hacer movimientos sutiles y utilizar materiales muy suaves, preferiblemente, de algodón.
4. Masaje capilar
Incorporar el masaje a nuestra rutina de cuidado ayudará a incrementar el flujo sanguíneo que llega a los folículos pilosos, con lo que se fortalecerán las raíces.
5. No abusar del secador y la plancha
El calor de los productos de secado y moldeado puede dañar seriamente el cuero cabelludo y provocar que el cabello se debilite, se reseque y se caiga. Para quienes no quieran renunciar a estas herramientas, lo mejor es utilizar un protector del calor antes.