La minera australiana Black Dragon Gold a través de su filial Exploraciones Mineras del Cantábrico (EMC) ha vuelto a presentar ante el Principado de Asturias un estudio de impacto ambiental para su proyecto en Salave (Tapia de Casariego). Un proyecto que ya ha sido rechazado administrativa y judicialmente cada vez que se ha presentado.
Tras los primeros análisis de la documentación, la Plataforma ORO NO manifiesta su honda preocupación por este nuevo intento de explotar el yacimiento de Salave. El rechazo es total y sin paliativos.
Nos sentimos desamparados y desprotegidos ante un proyecto que supondría un grave perjuicio a todos los niveles para una comarca de enorme riquezas naturales y económicas, siempre sostenibles y generadoras de arraigo de la población y distribuidoras de riqueza. Justo lo que la sociedad demanda en estos tiempos y lo que los políticos proclaman sin cesar. Nos preguntamos por qué el occidente asturiano ha de ser una excepción en estos nuevos tiempos.
Se pretende abrir la puerta a una de las industrias más contaminantes, peligrosas y nocivas del mundo por mucho que los papeles, estudios y documentos presentados por la empresa sostengan lo contrario. No hace falta ir muy lejos y en Asturias son perfectamente conocidos los numerosos incumplimientos, sanciones y desastres que acumula esta industria (vertidos, derrumbes, envenenamiento del suelo y acuíferos, accidentes, abandono de explotaciones, restauraciones a costa del contribuyente y más). A lo anterior se suma un hecho que muchos no quieren admitir, pero por ello no deja de ser cierto y es que, en Asturias, en el Paraíso Natural, no hay capacidad ni voluntad de control para estas empresas e industrias. Una vez obtenidos los permisos saben que tienen barra libre y actúan con total impunidad. Las administraciones responsables mirarán para otro lado y los estándares medioambientales pasarán al último plano, incluso el tan alabado emisario submarino verterá sin control todo lo que la empresa necesite para abaratar sus costes de operación y maximizar sus beneficios. El negocio funciona así le pese a quien le pese y los implicados lo conocen y lo permiten.
Si medioambientalmente es intrínsecamente imposible la viabilidad de esta industria, desde el punto de vista socioeconómico es otro desastre. La coartada del empleo y la generación de riqueza es falsa: se concentra la riqueza en unas pocas manos (propietarios e inversores de una empresa foránea) mientras se crean un puñado de trabajos (mal pagados, durante poco tiempo y habitualmente subcontratas de otros países o regiones de España) que en absoluto compensan la destrucción de la economía de la zona poniendo en riesgo el presente y futuro de toda una comarca que vive de la ganadería, pesca y un turismo que está explotando tras décadas de aislamiento, todos ellos sectores sostenibles que cada día más se demuestran como la única vía posible de futuro. No necesitamos ningún proyecto de este tipo, sino más bien todo lo contrario, necesitamos que se mantenga la economía sostenible de la zona basada en un turismo de calidad al alza, pesca, ganadería y servicios.
Todo lo expuesto es algo que los implicados en esta tramitación conocen perfectamente, de forma que si se llegase a autorizar la mina de oro de Salave serían responsables del desastre.
Y una vez más preguntamos a los servidores públicos y dirigentes del Principado de Asturias por qué es necesario reevaluar de nuevo un proyecto y un tipo de explotación que ya fue desautorizado en el pasado por incumplir claramente la normativa.
La Plataforma ORO NO seguirá oponiéndose a este tipo de proyectos siguiendo nuestra línea de actuación basada en el rigor, la seriedad y la exigencia al respeto estricto de las normativas vigentes. Acudiremos a todas las instancias administrativas y judiciales para demostrar que este proyecto no es legal ni conveniente.