El grupo de investigación arqueológica LLABOR de la Universidad de Oviedo documenta una importante presión sobre las emblemáticas brañas desde el siglo XII, lo que abre importantes perspectivas sobre su estudio y antigüedad
Oviedo/Uviéu, 30 de agosto de 2021. Las emblemáticas construcciones ganaderas de la Cordillera Cantábrica tienen sus orígenes en la Edad Media. Así lo indican los trabajos arqueológicos que está llevando a cabo en la braña de los Fuexos (Montouvo, Balmonte de Miranda) el grupo de investigación LLABOR, coordinado por Margarita Fernandez Mier, catedrática de Historia Medieval de la Universidad de Oviedo.
Este grupo de la Universidad de Oviedo desarrolla hasta el 4 de septiembre en la mencionada braña de los Fuexos la última de las tres intervenciones arqueológicas planificadas para este verano. Estos trabajos forman parte de un proyecto de investigación financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación que tiene como objetivo principal el estudio de la historia de la gestión y aprovechamiento de los pastos de montaña de la Cordillera Cantábrica, focalizando la atención en las brañas que, si bien es conocido su uso en tiempos recientes, su historia hunde sus raíces en el medievo.
Esta es la segunda campaña que se realiza en esta braña en la que, tras documentarse los procesos de ocupación de este territorio en la época moderna, desde el siglo XVI, comienza ahora a arrojar información sobre la época medieval, así como datos sobre la relación de esta braña con el Camín Real de la Mesa que discurre por sus inmediaciones.
Estos trabajos, dirigidos por Pablo López Gómez, investigador del Departamento de Historia de la Universidad de León, complementan los realizados en junio en la braña de Buxañe (Quirós), que también han aportado información que indica la importancia que tienen estas zonas de montaña para la economía de las aldeas desde el siglo XII, con una fuerte intensificación de su uso a partir del siglo XIV que continuará hasta bien entrado el siglo XX. La profesora Fernández Mier subraya que, “si bien podemos considerar que la morfología de buena parte de estas construcciones data del siglo XVIII, los trabajos realizados hasta el momento indican una importante presión sobre estas áreas desde el siglo XII, lo que abre importantes perspectivas sobre su estudio y antigüedad”.
La catedrática de Historia Medieval añade que “se trata de un patrimonio de gran interés, al que apenas se presta atención, salvo en casos muy emblemáticos como las construcciones con cubierta vegetal, y que salpica toda la cordillera remontándose sus orígenes al medievo e incluso a la prehistoria y que, sin embargo, apenas si había sido objeto de investigación histórica o arqueológica hasta el momento”.
Esta investigación se enmarca en otros trabajos que se están realizando en diversas áreas de montaña en Europa, que han permitido revalorizar este bien patrimonial tan característico de las zonas de montaña. Las iniciativas de investigación en Europa ponen el acento en comprender las formas de manejo tradicional de las áreas de pasto, a la que se asocian prácticas de uso colectivo. Estas investigaciones deben ser el punto de partida para acometer una renovada gestión de estas importantes zonas de pasto.
El grupo LLABOR ha conseguido un nuevo proyecto de investigación financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación que se desarrollará en los próximos cuatro años; lo que permitirá continuar con la investigación de la historia de las brañas, así como acometer el estudio de lugares de reunión y culto en sus inmediaciones, profundizando en la comprensión de la conformación de los paisajes de montaña y del papel que el ser humano ha tenido a lo largo de la historia.