Madrid, 5 de junio de 2021. Aunque la evidencia científica disponible respalda los beneficios para la salud del consumo moderado de cerveza en adultos, la heterogeneidad de las medidas empleadas en los estudios (gramos de alcohol, unidades, etc.) dificulta establecer la cantidad precisa de cerveza necesaria para obtener estos beneficios. Esta falta de consenso es una de las razones que han llevado a un grupo de investigadores españoles a elaborar el documento “Consumo moderado de cerveza y sus efectos en la salud cardiovascular y metabólica: una revisión actualizada de la evidencia científica reciente”, publicado recientemente en la revista Nutrients.
De acuerdo con esta revisión, el consumo moderado de alcohol de 196 g/semana (28 g/día o 700 ml de cerveza diarias aproximadamente) para hombres y 112 g/semana (16 g/día o aproximadamente 400 ml de cerveza al día) para mujeres se ha asociado con algunos beneficios para la salud. Sin embargo, apunta, debe tenerse en cuenta que las cantidades semanales recomendadas de alcohol deben distribuirse a lo largo de varios días y no incluir episodios de consumo excesivo o “atracones”.
Los beneficios del consumo moderado de cerveza, mayores dentro de la Dieta Mediterránea
En el artículo se afirma que los datos disponibles sugieren que el consumo moderado de cerveza se asocia con un menor riesgo cardiovascular. Para otros efectos sobre la salud, como los de la obesidad general o abdominal, un estudio reciente sugiere que el consumo moderado de cerveza tradicional o sin alcohol no aumenta el peso corporal en individuos obesos. Además, el consumo moderado de cerveza se ha asociado con una disminución del riesgo de diabetes en hombres y con un aumento de la densidad de la masa ósea, lo que reduce el riesgo de fractura en los ancianos.
Los beneficios para la salud asociados al consumo moderado de cerveza pueden estar condicionados por características socioeconómicas y/o de dieta y estilo de vida en general. La Dieta Mediterránea, históricamente asociada con una alta esperanza de vida y bajas tasas de enfermedades cardiovasculares, es un buen ejemplo de ello, ya que se caracteriza por el alto consumo de alimentos frescos, bajo consumo de grasas animales y de bajo a moderado consumo de vino o cerveza, generalmente con comidas.
De hecho, la pirámide alimentaria de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria refleja la Dieta Mediterránea e incluye el consumo opcional, ocasional y moderado de bebidas fermentadas (vino, cerveza y sidra), siempre vinculado a su consumo moderado durante las comidas.
“En conclusión, consideramos que una ingesta aproximada de una cerveza al día para las mujeres (sobre 400 ml) y una o dos para los hombres (aproximadamente 700 ml) podría definirse como un consumo moderado de cerveza, siempre que dicho consumo se distribuya a lo largo de la semana, sin "atracones" y en el contexto de la hora de las comidas, como es costumbre en los países mediterráneos”, explica la doctora Ascensión Marcos, directora del grupo de Inmunonutrición del Departamento de Metabolismo y Nutrición del Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos y Nutrición (ICTAN) del CSIC, y una de las responsables de esta revisión. “El consumo moderado de cerveza reduce el riesgo cardiovascular y la mortalidad general. Además, disminuye el riesgo de diabetes en los hombres, aumenta la densidad de la masa ósea, disminuye el riesgo de fractura en los ancianos y no parece estar asociado con la obesidad general o abdominal”.
Es importante tener en cuenta que los posibles efectos beneficiosos de la cerveza se observan únicamente cuando el consumo es moderado y responsable, por parte de adultos sanos, en el marco de una alimentación sana y equilibrada. Además, si se están tomando medicamentos, si se va a conducir, y en el caso de las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, se debe optar por una cerveza sin alcohol.