El uso del contenedor amarillo creció un 8,5% y el del azul bajó 0,3% en 2020

El uso del contenedor amarillo creció un 8,5% y el del azul bajó 0,3% en 2020
  • En 2020 se entregaron a instalaciones recicladoras 1.490.283 toneladas de envases domésticos procedentes de los contenedores amarillos y azules de la calle, de recogidas selectivas en lugares de gran afluencia y de plantas de residuos municipales.

 

 

Madrid, 3 de junio de 2021. A pesar de la excepcionalidad vivida durante gran parte del 2020 y que continúa en la actualidad como consecuencia de la Covid-19, el reciclaje de envases volvió a consolidarse un año más como una práctica medioambiental muy extendida en la sociedad española. Así se desprende de los datos de participación ciudadana proporcionados por las 8.000 entidades locales de toda España a Ecoembes, la organización ambiental sin ánimo de lucro encargada de la gestión de los envases domésticos ligeros[1]. Estas cifras confirman el crecimiento, un año más, en la cantidad de estos residuos que los ciudadanos depositaron en el contenedor amarillo (destinado a envases de plástico, latas y briks) y, de forma excepcional, un ligero descenso en el contenedor azul (papel y cartón).

En este sentido, cada ciudadano depositó 18,6 kg de residuos - un 8,5% más respecto al año anterior - en los 388.174 contenedores amarillos destinados a los envases domésticos de plástico, metal y brik - que los ciudadanos tienen a su disposición. Una cantidad que, durante los últimos cinco años, se ha incrementado un 41% y que refleja el creciente compromiso ciudadano con el reciclaje de estos envases.  Pero hay que seguir reforzando y sensibilizando para afinar la separación que los ciudadanos hacen en sus hogares, ya que de los kilos que cada ciudadano depositó en el contenedor amarillo, 5,3 kg fueron de residuos que no están destinados a este contenedor, es decir, que no son envases.

Por su parte, cada ciudadano depositó 19,3 kg de papel y cartón en los 229.594 contenedores azules que hay situados en la vía pública, un 0,3% menos que en 2019. Una caída marcada por la excepcional coyuntura vivida durante 2020, durante la que se ha producido una caída del uso del papel y cartón debido a una menor actividad comercial. De hecho, y a pesar de esta caída puntual, en los últimos cinco años, la cantidad depositada en los contenedores azules ha aumentado un 24,6%. Cabe destacar que, en estos contenedores, además de envases domésticos de papel y cartón, se depositan otros residuos, como el papel y el cartón comerciales y las revistas.

Recogida de envases domésticos en otras ubicaciones

Además de a través de los contenedores azules y amarillos, los envases domésticos ligeros de plástico, metal y brik, papel y cartón, se recogieron en otros puntos de reciclaje como los 45.218 contenedores de recogida selectiva situados en lugares de gran concurrencia (oficinas, estadios, hostelería y festivales, entre otros). En contraposición a la subida de la recogida selectiva en la calle, la reducción -e incluso la cancelación- de la actividad comercial, empresarial y de eventos a causa de la Covid-19- supuso una menor recogida de envases domésticos en estas ubicaciones. Por último, también se recogieron estos envases domésticos en las plantas de residuos urbanos a las que se trasladan los contenedores de resto (un lugar en el que no deberían depositarse estos residuos, pero al que, gracias a la colaboración ciudadana, llegan cada vez menos envases).

En total, gracias al esfuerzo y compromiso de la sociedad, en 2020 se entregaron a instalaciones recicladoras homologadas un total de 1.490.283 toneladas de envases domésticos para su posterior reciclaje, un 1% menos que el año anterior.

Atendiendo al tipo de material, 616.282 toneladas recuperadas fueron a envases domésticos de plástico; 249.231 toneladas envases domésticos metálicos –como latas de conservas o refrescos; 617.333 toneladas papel y cartón; y 7.435 toneladas madera.

Gracias a estos datos, se evitó en 2020 la emisión de 1,67 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera, cantidad que equivale a lo que emiten las calefacciones de 800.000 personas (la población de la provincia de Tarragona) durante un año. Asimismo, se ahorraron 20,29 millones de m3 de agua y 6,37 millones de Mwh de energía.

“El compromiso de la sociedad con el reciclaje de envases domésticos ha crecido a pesar del contexto de pandemia, siendo este hábito una de las principales herramientas de los ciudadanos para contribuir, desde su ámbito individual, a la economía circular,” ha afirmado Óscar Martín, consejero delegado de Ecoembes. En esta línea, ha manifestado que “como sociedad tenemos una responsabilidad para con el planeta y numerosos retos que asumir al respecto. El reciclaje es solo es una parte de la transición hacia un modelo económico más circular y respetuoso con el medioambiente, pero debemos hacer más, apostando por la reducción, dejando atrás el hiperconsumo y la sobreproducción”.

 

Ámbito de responsabilidad de Ecoembes

 

La misión de Ecoembes, tal y como establece la Ley de Envases 11/97, es coordinar y financiar el ciclo del reciclaje de los envases domésticos de plástico, metal, brik, papel y cartón en España, con el objetivo de que estos residuos se recuperen y reciclen de manera eficiente y sostenible para garantizar su circularidad.

 

Los envases domésticos que gestiona Ecoembes suponen un 8% del peso del total de los residuos municipales que se generan en nuestro país. En 2020, las 12.669 empresas que forman parte del sistema de Ecoembes declararon haber puesto en el mercado español 1.846.764 toneladas de envases domésticos - frente a los más de 23 millones de toneladas de residuos municipales que se generan al año.

 

Gracias al pago del Punto Verde por parte de estas 12.669 empresas y a los ingresos obtenidos por la venta de materiales a instalaciones recicladoras, Ecoembes cubre el coste eficiente de lo que supone para las 8.131 administraciones locales españolas prestar el servicio esencial de recogida selectiva y tratamiento de envases domésticos ligeros. En 2020 este coste ascendió a 648 millones de euros.

 

Como organización sin ánimo de lucro, los ingresos deben ser igual a los gastos, por eso, cada año, en función del coste que este servicio haya supuesto a las administraciones, se establecen las tarifas que las empresas deberán pagar para poder cumplir con su responsabilidad, tal como marca la ley.

 

Tanto la actividad de los ayuntamientos como la de Ecoembes está permanentemente auditada por las autoridades públicas[2], - y reforzada por controles internos de Ecoembes- que mantienen un control estricto sobre las cantidades recogidas de los contenedores y posteriormente recicladas, a través de auditorías, análisis de composición de los residuos y controles de calidad de los mismos, inspecciones en plantas y auditorías de homologación de recicladores. En el último año se han realizado en nuestro país más de 14.000 auditorías y controles de calidad a lo largo de toda esta cadena.

 

 

Un sistema orientado a garantizar la circularidad de los envases

 

La colaboración ciudadana, separando los envases y depositándolos en los contenedores amarillos y azules, así como los puntos de reciclaje situados en otros lugares, es lo que da inicio al proceso de reciclaje. Actualmente, 38,9 millones de españoles declaran separar a diario sus residuos[3] para su posterior reciclaje, cifra que ha ido en ascenso en los últimos años.

 

Para posibilitar que los residuos de envases domésticos ligeros tengan una segunda vida, después de la recogida de los contenedores por parte de las entidades públicas locales, se trasladan a una de las 97 plantas de selección de envases domésticos – de las cuales 68 están automatizadas - dispuestas por todo el territorio español, donde se clasifican los distintos materiales. En este proceso, Ecoembes ofrece asesoramiento técnico permanente, formación a los operarios y realiza controles de calidad de los residuos selecciones. Tras ello, los envases clasificados se envían a uno de los 429 recicladores homologados distribuidos por todo el país.

 

Por su parte, las empresas que ponen envases en el mercado español, trabajan en colaboración con Ecoembes para -además de asumir el coste de gestionar estos residuos- reducir de manera previa el impacto ambiental de los mismos a través del ecodiseño. En los dos últimos años (2018-2020) las empresas que forman parte de Ecoembes pusieron en marcha 9.380 medidas de ecodiseño, destinadas a reducir la cantidad de plástico y otros materiales usados para fabricar los envases, así como incorporar material reciclado en ellos, entre otras.

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