Cada año, 385.000 perros se infectan de leishmania. En Madrid, se ha detectado el mayor brote de leishmania en humanos de toda Europa.
Madrid/Oviedo. El 1 de junio, se celebra el “Día de la lucha frente a la leishmaniosis”. Por tercer año consecutivo y con el objetivo de concienciar a la sociedad sobre la importancia de prevenir frente a esta enfermedad, MSD Animal Health promueve, desde una visión “One Health”, la “III Semana de la lucha frente a la leishmaniosis”.
La leishmaniosis es considerada hoy en día, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la segunda enfermedad más importante transmitida por un parásito protozoo después de la malaria. Se transmite a través de la picadura de un insecto llamado flebotomo. Cada año, 385.000 perros se infectan de Leishmania. Guadalupe Miró, Catedrática en Salud Animal de la Universidad Complutense de Madrid e investigadora veterinaria, afirma en el programa Con V de Vet impulsado por MSD Animal Health que “la tendencia actual demuestra un cambio. España, actualmente, es endémica en toda su geografía para la infección por Leishmania en perros, aunque sí que hablamos de zonas hipoendémicas, endémicas e hiperendémicas encontrando focos con prevalencias muy altas como Baleares o bajas como la zona norte, aunque en toda la geografía hay casos y es importante tenerlo en cuenta”.
El número de casos se ha visto incrementado en los últimos años debido al aumento gradual de las temperaturas. En algunas zonas de la Península Ibérica que siempre se han considerado no endémicas, se ha comenzado a detectar casos autóctonos de leishmaniosis en perros, es el caso de la Cordillera Cantábrica y de zonas de montaña como los Pirineos. En los últimos años, debido a este aumento progresivo de las temperaturas, la temporada de riesgo del flebotomo se ha ampliado1. Además, no solo hay un claro aumento del tiempo de actividad del insecto durante prácticamente los 12 meses del año, sino que este incremento de la temperatura les permite colonizar zonas en las que antes no se encontraban. Esta situación hace necesario que la prevención se haga durante todo el año, no solo en los meses de más calor como se venía haciendo hasta ahora.
Aunque es una enfermedad que afecta principalmente a los animales, en los últimos años en España se han detectado 700 nuevos casos en personas. Al ser una enfermedad que en España afecta generalmente a personas con el sistema inmune más debilitado, en la situación actual en medio de una pandemia es necesario no bajar la guardia. Personas que han sufrido la Covid-19, puede que estén actualmente con su sistema inmunológico más debilitado, y en este caso el peligro de contagio por esta y otras enfermedades puede incrementarse. Manuel Linares, médico de familia, especialista en Microbiología y Parasitología y presidente de la Fundación IO, en primer lugar, resalta “la importancia de trabajar coordinadamente y de la mano medicina humana y medicina veterinaria, sobre todo en el panorama actual” y continúa, “falta mucha concienciación sanitaria por parte del paciente y, en parte, es culpa nuestra porque la gente no asocia, por ejemplo, la Leishmania con personas, solo con perros y no es así. Actualmente, a pocos kilómetros del centro de Madrid, encontramos el mayor brote de leishmaniosis de Europa en humanos. De ahí la importancia de trabajar conjuntamente, desde un punto de vista One Health. Con el sector veterinario, tenemos un reto por delante y tenemos que trabajar coordinadamente”.
La evolución de la leishmaniosis en los últimos años.
Recientes trabajos publicados en 2020 describen que la prevalencia de la leishmaniosis en perros en España oscila entre el 2% y el 57,1% dependiendo de la región geográfica2 en la que nos encontremos, siendo Ourense, Lleida, Girona, Cáceres, Valencia, Alicante, Murcia y casi toda Andalucía las zonas de mayor seroprevalencia llegando a superar en muchos casos el 17% de perros positivos. En Galicia, Asturias y Cantabria hasta hace muy poco no se habían detectado casos. Los últimos estudios revelan la existencia de casos autóctonos. En el caso de Galicia, los datos de seroprevalencia de leishmaniosis canina determinan una tasa de perros positivos entre el 1,6% hasta el 24,3%. En Asturias y Cantabria, se han mostrado datos del 3,6% y el 2% respectivamente, teniendo en cuenta que hasta ahora se consideraban zonas libres de leishmaniosis canina3.
Ante el rápido avance del proceso de expansión de la leishmaniosis en el norte de España, un estudio trató de determinar la prevalencia de esta enfermedad en el lobo ibérico y otras especies de carnívoros en Asturias. Hasta un tercio de los lobos analizados fueron positivos a leishmaniosis y la prevalencia media para todos los carnívoros analizados fue del 40%, concluyendo que existe una amplia presencia de este parásito en la región4. Estos datos reflejan la necesidad de realizar acciones de prevención frente a la enfermedad en estas zonas tanto por parte de las familias hacia sus mascotas como de las autoridades sanitarias pertinentes.
Compromiso con la salud pública y la prevención de la enfermedad
Para proteger a nuestras mascotas de la enfermedad, los especialistas recomiendan limitar los paseos nocturnos con el perro en la época de mayor incidencia, poner mosquiteras de malla fina en las épocas de calor y dejar que el perro duerma en casa durante las horas nocturnas. “Trabajar el diagnóstico precoz también en gatos que se encuentran implicados, aunque en menor medida, y proteger a los perros para que no se infecten con repelentes que tengan evidencias científicas probadas de que lo son”, afirma Guadalupe Miró.
Existen insecticidas de uso tópico regular en forma de collares o spot-on que son la única medida preventiva que ha demostrado una eficacia necesaria para disminuir el riesgo de infección. Además, el aumento de la incidencia de la enfermedad hace necesaria la protección durante todo el año. Ya existen repelentes en forma de collares que protegen los 12 meses del año. La vacunación también es una alternativa para reducir el riesgo de desarrollar la enfermedad tras la infección, pero éstas no van a evitar que siga siendo necesaria la protección con un repelente eficaz ya que no evitan la infección.
“El veterinario es quien tiene que pautar las medidas preventivas más adecuadas para cada caso y teniendo en cuenta el tipo de vida de cada perro, la situación de la familia… y hacer diagnóstico precoz y tomar medidas preventivas para evitar la picadura del flebotomo y la infección por leishmania”, continúa Guadalupe.
Aunque la incidencia en humanos en España es baja, es importante protegerse de la picadura de este insecto a través del uso de repelentes en la piel o mosquiteras impregnadas con insecticidas. Hasta la fecha, no existe una vacuna disponible para las personas, aunque las investigaciones en curso en esta área son prometedoras.