- Las zonas de las sueltas fueron elegidas tras analizar variables como la disponibilidad de alimento y la baja presencia de personas
Las oseznas reintroducidas en el Parque Natural de Redes y en el Parque Nacional de los Picos de Europa el pasado abril y en noviembre de 2019, respectivamente, presentan buen aspecto y se aclimatan a su nuevo entorno con normalidad, según han constatado los agentes de la guardería del Medio Natural que realizan una vigilancia activa de los esbardos.
Las zonas de las sueltas fueron elegidas tras analizar múltiples variables, como la disponibilidad de alimento y la baja presencia de personas, y con el objetivo de contribuir a conectar la población osera de estas áreas, no muy numerosa, con la del occidente, mucho más estabilizada. En la progresión de la población occidental resulta vital el apoyo de las comunidades locales en las que esta especie forma ya parte indisoluble de su territorio y de su desarrollo socioeconómico.
Una de las crías había sido recogida a finales de agosto de 2020 en las inmediaciones de la localidad de Éndriga, en Somiedo. El esbardo presentaba hipotermia, hipoglucemia, un peso muy por debajo de lo normal para su edad, unos 6,5 kilos, así como lesiones cutáneas de tipo infeccioso en amplias zonas de la piel. En general, su estado de salud era delicado. Una vez recuperada, fue liberada en abril en la Reserva de la Biosfera de Redes.
Por su parte, la osa reintroducida en noviembre de 2019 en el Parque Nacional de los Picos de Europa había sido recogida en las inmediaciones de Sabadia, en el concejo de Santo Adriano, en mayo de ese mismo año. Padecía desnutrición, deshidratación y alteraciones neurológicas.
Ambas oseznas fueron trasladadas, tras su estabilización, al Centro de Recuperación de la Fauna Silvestre del Gobierno de Cantabria para continuar con su restablecimiento. Posteriormente, fueron desplazadas al Centro de Valsemana, en León, un espacio en semilibertad donde permanecieron hasta su reintroducción en los espacios naturales de Asturias.
Las administraciones de Asturias, Cantabria, Castilla y León y el Ministerio para la Transición Ecológica han mantenido una intensa y constante colaboración en todo el proceso, lo que ha ayudado a actualizar los protocolos de rehabilitación, sedación, radiomarcaje, traslado y liberación de crías de oso pardo; un trabajo de gran utilidad de cara a casos similares.