- El equipo de cuidadores de la Fundación Oso que se encarga de atenderlo comienza a proporcionarle alimentos sólidos
- El esbardo dobla su peso en un mes y alcanza los siete kilos
La cría de oso pardo huérfano que fue rescatada el 1 de abril en Yernes y Tameza ha sido trasladada a un cercado habilitado por el Principado en Proaza, donde continúa su recuperación. El osezno permanecerá allí hasta que pueda ser reintroducido en el medio natural.
El cercado cuenta con una zona interior con foco de calor y otra exterior. Ambas tienen enriquecimiento ambiental, que se modifica periódicamente, y están dotadas de sistemas de videovigilancia que permiten realizar un seguimiento del animal las 24 horas. Una de las prioridades es reducir al mínimo imprescindible el contacto con personas para evitar que se habitúe a ellas.
Un equipo de cuidadores de la Fundación Oso de Asturias (FOA) se encarga de su alimentación y manejo y está en contacto permanente con técnicos de la Administración autonómica y especialistas nacionales e internacionales. El osezno ya ha empezado a recibir alimentos sólidos, continúa ganando peso, muy importante dada su corta edad, y ya ha alcanzado los siete kilos.
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El ejemplar fue localizado por agentes del Medio Natural durante una patrulla de vigilancia en la zona del Cubia, entre los municipios de Yernes y Tameza, Grado y Proaza, e inmediatamente se activó el protocolo de recuperación y asistencia veterinaria. Tras una exhaustiva revisión de la zona, de acuerdo con el protocolo de intervención con osos en la cordillera Cantábrica, se comprobó que el ejemplar se encontraba aislado de su grupo familiar.
Los primeros cuidados veterinarios se centraron en la recogida de indicadores biométricos y toma de muestras, que determinaron un buen estado de salud del esbardo. Seguidamente, siempre bajo la estrecha vigilancia de los agentes del Medio Natural y con la colaboración de la FOA, se buscó su reintroducción inmediata en la zona de recogida, para lo que se dotó al ejemplar de un dispositivo de radioseguimiento y se intentó la integración con el núcleo familiar pero no fue posible. Fue entonces cuando los servicios técnicos determinaron que la mejor fórmula para garantizar la supervivencia de la cría era su recuperación funcional en instalaciones del Principado.
Durante las primeras semanas se estableció un dispositivo de búsqueda, integrado por agentes del Medio Natural, que intentó localizar a la madre, sin resultado.
Protocolo de actuación
Los casos de crías de oso pardo que quedan huérfanas durante sus primeros meses de vida son cada vez más frecuentes en los últimos años debido a la recuperación de la especie en la cordillera. Esta situación, que responde a diferentes causas, se produce principalmente desde finales de la primavera hasta otoño, cuando los ejemplares tienen entre 3 y 8 meses.
El grupo de trabajo sobre el oso pardo puso de manifiesto en su última reunión la escasa información disponible sobre la supervivencia de estos esbardos en la naturaleza, por lo que se acordó que, ante la aparición de oseznos, se actuará de forma proactiva en su recuperación, con el fin de proporcionarles tratamiento veterinario si fuera necesario y afrontar su reintroducción en el medio natural en las mejores condiciones. Por otro lado, si resulta posible, se utilizarán dispositivos de seguimiento para aumentar las probabilidades de supervivencia y mejorar el conocimiento sobre la especie.