06.05.2021, Asturias-. En 2025 tendrá que revalorizarse un mínimo del 55% de los residuos, lo que supone poner el foco en la fracción orgánica, que representa el 37% de la basura generada por las familias. La separación en los hogares y el uso de compostadoras son cruciales pero también poner freno al despilfarro. En este contexto, Cogersa ha puesto en marcha la Operación #NoMeSobra, con la que retará a los usuarios de redes sociales a compartir sus recetas de aprovechamiento.

La iniciativa, que se desarrollará en Instagram de mayo a diciembre, cuenta con una web propia (operacionnomesobra.es) y hereda su dinámica de la campaña de sensibilización sobre el despilfarro de alimentos que Cogersa realizó con motivo de la Semana Europea de Prevención de Residuos, el otoño pasado. El reto tendrá periodicidad mensual y quienes deseen participar tendrán que compartir un vídeo con su receta de aprovechamiento. Todos los participantes recibirán un delantal como regalo y cada mes habrá un único ganador que se llevará como premio un kit de reciclaje, un cubo marrón de 10 litros, una taza con la imagen de la materia orgánica, una libreta de la Semana Europea de prevención de Residuos, un lápiz de semillas y un saco de compost.

Sobre los residuos orgánicos

La fracción orgánica representa el 37% de la basura que generan los hogares. En total, los 14 municipios que ya cuentan con contenedores para orgánica gestionados por Cogersa aportaron 7.801 toneladas de biorresiduos en 2020, lo que supone un incremento del 34,51% con respecto a 2019. Las directivas europeas fijan para 2025 el objetivo de reducir la bolsa de basura mezclada hasta el punto de alcanzar la revalorización del 55% de los residuos generados. En 2030, la meta se sitúa en el 60% y en 2035, en el 65%.

El uso de compostadoras domésticas (en viviendas unifamiliares) o comunitarias (en pequeños núcleos de población) es una de las vías que favorece la reducción de la fracción orgánica. En este sentido, Cogersa desarrolla cada año las campañas de compostaje doméstico y comunitario, desde 2010. El aprovechamiento de los restos de alimentos y ajustar la cesta de la compra a las necesidades reales de cada familia resultan claves para que las cifras reales se acerquen a los objetivos de reciclaje fijados para los próximos años.