- Se presentaron un centenar de relatos procedentes de Avilés, Madrid, Vitoria, Ceuta e Italia
Esta mañana se ha hecho público el fallo del primer Concurso de Microrrelatos "Día del Libro", organizado por la Red de Bibliotecas Públicas Municipales de Avilés. El jurado determinó como ganadora a Laia López Gutiérrez, en la categoría de 6 a 8 años; a Daniela García Martínez, en la de 9 a 12; a Iris Prieto Fernández, en la de 13 a 18, y a Raúl Clavero Blázquez, en la de mayores de 18 años.
El jurado estuvo compuesto por Begoña Mediavilla, técnica especialista en biblioteca de la Biblioteca de Tecnología y Empresa de la Universidad de Oviedo; Gloria Sánchez, auxiliar de biblioteca de la Biblioteca Bances Candamo; Montserrat Machicado, responsable de la Estaya de la Llingua del Ayuntamiento de Avilés; y Saúl Fernández, periodista de La Nueva España y escritor. Actuó como secretaria Teresa Pasarín, bibliotecaria de la Fundación Municipal de Cultura del Ayuntamiento de Avilés.
Se presentaron un total de 117 relatos, de los cuales 19 no fueron admitidos al no cumplir con los requisitos establecidos en las bases. La mayoría procedentes de Avilés, pero también se enviaron textos desde Madrid, Vitoria, Ceuta e incluso desde Cosenza, en Italia.
En la categoría de 6 a 8 años fueron admitidos 4 relatos, y Laia López Gutiérrez, que se presentó con el seudónimo La dama del bosque, ganó con el titulado "El libro hermoso de las flores".
En la categoría de 9 a 12 años fueron admitidos 45 relatos, y Daniela García Martínez, que se presentó bajo el seudónimo FANTASTIC, ganó con el titulado "Una biblioteca singular".
En la categoría de 13 a 18 años fueron admitidos 14 relatos, e Iris Prieto Fernández, que se presentó bajo el seudónimo IPF, ganó con el titulado "No es locura".
En la categoría de mayores de 18 años fueron admitidos 35 relatos, y Raúl Clavero Blázquez, que se presentó bajo el seudónimo Cicely, ganó con el titulado "Gregorio".
Entrega de premios
Todas las personas galardonadas recibirán un diploma acreditativo, así como un lote de libros, de manos de la concejala de Cultura y Promoción de Ciudad de Avilés, Yolanda Alonso, en una ceremonia de entrega oficial que tendrá lugar el martes 4 de mayo a las 17.00 en la Biblioteca Bances Candamo.
MICRORRELATOS GANADORES
Categoría de 6 a 8 años. "El libro más hermoso de las flores, de Laia López Gutiérrez.
Eulalia tiene nueve años, es una niña divertida y juguetona a la que no le gusta nada escribir ni leer libros.
Pero un día su madre la animó a realizar una visita guiada al Jardín Botánico de Gijón. Allí llegó Eulalia con pocas o ninguna esperanza de pasárselo bien. Había muchísimos tipos de flores: rosas, camelias, tulipanes, campanillas… su belleza es lo primero que la asombró.
Eulalia prestó mucha atención al hombre que explicaba las características de las flores, que lucían ahora hermosas en primavera. Este hombre había despertado su interés y al volver a casa Eulalia solo quería saber más y más sobre ellas. Recogió pétalos que guardó cuidadosamente entre las páginas de un cuento y fue a la biblioteca para solicitar libros que le mostraran más variedades.
A los pocos días era tal su interés, que estaba decidida a escribir un libro. Y con el paso del tiempo Eulalia se fue convirtiendo en una escritora muy famosa, cuando se celebraba el día del libro se sentía muy orgullosa de sí misma. La curiosidad le había proporcionado su profesión.
Categoría de 9 a 12 años. "Una biblioteca singular" de Daniela García Martínez
Hace bastante tiempo en una biblioteca de Avilés pasó algo un poco singular (de ahí el nombre del microrrelato).
En la inauguración de la biblioteca había mucha gente, entre ellos la alcaldesa de Avilés, el dueño de la biblioteca y un montón de gente más. Ese día todo parecía ir normal, hasta las cinco de la tarde que fue cuando en la sección de comedia empezaron a volar los libros, después en la sección de terror si abrías un libro te salían los personajes, pero no un dibujo, sino en carne y hueso como si fuesen unas personas disfrazadas de Halloween y luego en la sección infantil los libros te teletransportaban a la historia como si fueses un personaje más.
Cuando la gente se dio cuenta ya era demasiado tarde porque los monstruos estaban por toda la biblioteca, los niños dentro de los libros y unos cuantos libros volando. Al dueño de la biblioteca solo se le ocurrió cerrar la única entrada y la única salida con llave, pero unos segundos antes de que lo hiciera los monstruos y los libros voladores intentaron salir; pero cuando dieron un paso más allá de la puerta desaparecieron.
Categoría de 13 a 18 años. "No es locura" de Iris Prieto Fernández
Todo sucede cuando abro mi libro favorito y empiezo a leer. La habitación desaparece y la iluminación cambia. Se empiezan a formar árboles con diferentes formas y colores llenando el ambiente de alegría y tranquilidad. Del suelo empiezan a salir flores rojas, azules y blancas. Poco a poco los cantares de los pájaros se van haciendo más nítidos. Mi pijama de siempre es sustituido por un vestido bastante antiguo de seda. Mi pelo se suelta y sustituye mi moño de siempre por un peinado bastante sencillo, con alguna que otra trenza. Y ahí todo ocurre, desde lo más extraño hasta lo más sencillo.
Pero cuando cierro las tapas del libro todo vuelve a ser como antes, mi ropa, mi pelo, mi habitación…. Por más que trato que los demás me entiendan no lo ven, ni el bosque, ni los pájaros. “Solo es un libro de los tuyos”. Hay veces que hasta me dicen que estoy loca, pero tras pensarlo detenidamente me doy cuenta de que no todos pueden dominar correctamente esta magia tan poderosa de la lectura.
Categoría mayores de 18 años. "Gregorio", de Raúl Clavero Blázquez.
Cada lunes Gregorio tomaba prestado un libro en la biblioteca, y cada viernes, al devolvérmelo, lo hacía invariablemente transformado en algún personaje de la novela que hubiera leído durante la semana.
Así, repentinamente flaco y lanza en ristre, lo vi desfilar ante mí con el porte caballeroso de Alonso Quijano. Tuve que soportar en otra ocasión el parloteo del loro que decidió colocarse al hombro para emular a John Silver. Y hube de frotarme los ojos varias veces aquella tarde en la que se presentó vestido con minifalda, mordiendo una piruleta y con un ejemplar de “Lolita” entre sus manos.
El paso del tiempo, sin embargo, hizo que me acostumbrara a sus mutaciones, cada vez reparaba menos en él y por eso, aquel viernes, hasta que llegó la hora del cierre no fui consciente de no haberlo visto. Fue entonces cuando observé en un estante el hueco del libro que se había llevado esa semana. Me extrañó que no lo hubiera devuelto e hice memoria. “La metamorfosis” de Kafka, recordé repentinamente. Horrorizado no pude hacer otra cosa más que mirarme los zapatos, preguntándome con cuál de los dos había aplastado una cucaracha junto a mi mostrador, esa misma mañana.