¿Tenemos ya un gran problema social con el juego online y el juego con dinero real entre los jóvenes?

¿Tenemos ya un gran problema social con el juego online y el juego con dinero real entre los jóvenes

De cada 100 euros que hace dos décadas se destinaban a juegos presenciales, hoy únicamente 26 euros se emplean en esta modalidad y, de todo lo demás, 58 euros se gastan en juegos de carácter mixto (apuestas y loterías en sus dos modalidades, presencial y online) y 16 euros en juegos exclusivamente online[1]. Entendiendo en este contexto “juego” como cualquier modalidad de interacción entre personas o personas y máquinas (sean analógicas o digitales, presenciales u online) que tengan como resultado una transacción de dinero entre unas y otras, conforme a las reglas del juego, ya sea basado en el azar, la suerte, el envite o una apuesta sobre un acontecimiento (deportivo o de cualquier otra naturaleza).

 

Los hombres superan el 80% en presencia en todas las modalidades y las mujeres están en torno al 20%, tanto en juego online como offline, excepto en los salones de juego donde los hombres representan el 67,3% y las mujeres un 32,7%. Las personas jóvenes ya representan el 50% de quienes juegan online. Los salones de juego y las casas de apuestas son las dos modalidades que concentran mayor presencia de población entre los 18 y 34 años, representando este segmento el 74% y el 63% de las personas jugadoras, respectivamente[2].

 

Con este contexto social, la investigación “¿Qué nos jugamos? Análisis del juego off y online a partir de las experiencias y las autorrepresentaciones de las personas jóvenes dentro de contextos socioeconómicos, culturales y relacionales” -realizada por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de Fad y financiada por la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional Sobre Drogas- ha tenido como objetivo analizar el juego como un problema socioloìgico, a partir de los discursos y las praìcticas de las personas joìvenes.

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