En Asturias, a nivel Turístico, no ha habido Semana Santa. La clausura de todos los alojamientos, unido al cierre perimetral de Asturias y del resto de comunidades autónomas, ha dejado la actividad de estos días festivos restringida únicamente al servicio de restaurantes, sidrerías, bares y cafeterías al mediodía; es decir, aperitivos y almuerzos. Si se considera, además, la reducción de aforos y las previsiones meteorológicas de mucha lluvia que, finalmente, no se cumplieron, pero que restó afluencia a terrazas, la actividad económica del turismo ha sido un auténtico desastre. Las empresas turísticas han perdido una oportunidad de las pocas que hay en el calendario de recuperar la situación de ruina en las que le situó la pandemia y las restricciones ordenadas por el gobierno
Al estar todos los alojamientos cerrados no hay posibilidad de hablar de ocupaciones puesto que solo han permanecido abiertos los establecimientos declarados esenciales y para desarrollar únicamente las actividades establecidas en el decreto de cierre. Solo pudieron operar las autocaravanas, contradiciendo el objetivo del Principado al decretar el cierre del alojamiento y reducir la movilidad. Es inconcebible observar como las áreas municipales de autocaravanas, playas, plazas y espacios públicos estaban repletas mientras los campings se les obligó a mantenerse cerrados.
La limitación de espacios, en terrazas e interiores, y de horarios, obligando a cerrar a las 20 horas y eliminando de un plumazo las reuniones antes de la cena y las propias cenas, cercenaron la actividad y restaron mucha rentabilidad.
Es decir, podemos hablar de lo que se dejó de facturar más que de lo que se facturó. Hay que considerar que, en el mejor de los casos, el tener completas las terrazas o los interiores supone, en realidad, tener solo el 50% de ocupación, que es el aforo que se consigue al mantener las distancias de 2 mesas entre sillas, y con 4 comensales máximo por mesa.
A efectos prácticos esta situación supone aprovechar sólo la mitad del negocio (es decir, en el mejor de los casos, haber estado completos, fue en realidad tener un 50% de ocupación) y, además, solamente en comidas. La ocupación en cenas, al estar cerrados a partir de las 20 horas, ha sido el 0%, y en periodos vacacionales el horario de 20 en adelante es de mucha actividad.
Según los cálculos realizados por Otea a partir de los datos de ocupación de la última semana santa (Abril 2019) que arrojó una ocupación media en Asturias del 85% de las plazas; y los datos de plazas y gasto diario (93.731 plazas de alojamiento colectivo y 85.25 euros gastos diario medio por persona), el sector turístico de Asturias dejó de ingresar en los 4 días de la Semana Santa 27.167.930 euros.
Con la Semana Santa el sector turístico ha perdido una oportunidad para tratar de recuperar en parte la situación de pérdidas que llevamos aguantando desde el principio de la pandemia y que aboca a muchos negocios al cierre con la consiguiente pérdida de empleo. Seguimos a la espera de las ayudas del Principado semanas después de haberse presentado todas las solicitudes.
ESPERANZADOS ANTE EL VERANO
Tras la semana santa el sector del alojamiento mira al verano con esperanza, pero con mucha incertidumbre. Aun es muy pronto para conocer cómo se puede comportar. Es necesario esperar al levantamiento del estado de alarma y ver cómo va desarrollándose la evolución de la pandemia.
Las reservas a fecha de hoy para cualquiera de los días del verano (meses de julio y agosto) no llegan en ningún caso al 10%, incluyendo fines de semana y fechas claves del verano. Algo, por otro lado, que no supone ninguna diferencia con respecto a otros años. En el mes de abril, aun en los años con mejores resultados turísticos, las reservas nunca superaban ese porcentaje. Normalmente en Asturias las reservas se producen a dos o tres semanas vista. Nunca abril ni mayo ofrecieron datos respecto al comportamiento del periodo veraniego.
Sorprende alguna información que pudo leerse ayer de reservas del 90% en fines de semana claves de agosto en Asturias. Como señalamos nunca en la historia reciente del turismo en Asturias se pudo cifrar con tanta antelación niveles de reservas como las leídas.
La hotelería necesita para subsistir que el verano sea aceptable pero aun es muy pronto para poder hacer una evaluación mínimamente seria. Es imprescindible reforzar todos los recursos de información, promoción y publicidad del destino para lograr las cifras de ocupación y gasto necesarias.
Asturias está preparada para que cuando se levanten las restricciones pueda ofrecer a los turistas unas vacaciones sin las grandes aglomeraciones de otros destinos, con estancias seguras, en contacto con la naturaleza y la espacios saludables, que es una de las señas de identidad del turismo de Asturias.