El Ayuntamiento de Avilés ha contratado a la Real Fábrica de Tapices los trabajos de conservación de los dos históricos reposteros municipales. Las labores, que se han desarrollado en la sede de la institución en Madrid, han tenido un coste de 4.355,70 euros, y han permitido recuperar el esplendor de estas dos históricas piezas del inventario municipal, que habitualmente cuelgan de las paredes del vestíbulo de Alcaldía del Palacio Consistorial.
Una vez concluidos los trabajos de conservación de ambos reposteros, se espera que ambos queden listos para su traslado a Avilés a finales de esta semana.
Los dos reposteros, confeccionados en la propia Real Fábrica durante los años sesenta del siglo pasado, representan los escudos del Principado de Asturias y de Avilés, tejidos de seda con distintos motivos realizados en técnica de bordado. Ambos reposteros cuentan con fondo verde en terciopelo sobre el cual se aplicaron cosidos y/o pegados de telas plateadas, formando una decoración de flores medievales.
En el escudo de la ciudad de Avilés aparece en campo de gules una nave armada puesta a la vela, con una cruz en el palo mayor y una sierra en la proa. Por su parte, en el escudo del Principado de Asturias figura una cruz de la victoria con el emblema “HOC SIGNO TVETUR PIVS, HOC SIGNO VINCITVR INMICVS” (Con este emblema se defiende al piadoso, con este emblema se vence al enemigo). Ambos escudos están rematados por una corona real.
Los dos reposteros presentaban, además de acumulación de polvo y suciedad, deterioros en las costuras y en el tejido, con desgarros puntuales en algunas zonas y la rotura de hilos de la urdimbre y/o trama del tejido decorativo.
Además, las piezas estaban forradas por el reverso con un tejido en mal estado de conservación. La forma en la que estaba cosido también contribuía a la creación de “bolsas” o arrugas. Por último, el sistema de suspensión era antiguo, mediante cuerda y puntos de anclaje.
Intervención
La actuación proyectada por la Real Fábrica de Tapices comenzó con la limpieza mecánica de ambos reposteros, mediante aspiración con potencia controlada. Se retiró el forro del reverso para poder aspirar la pieza en profundidad.
Posteriormente se iniciaron los trabajos de conservación y restauración. Mediante vapor frío, se alineó el paño de fondo para poder eliminar el exceso de arrugas y bolsas.
En cuanto a la consolidación del soporte de base, se realizó con soportes parciales de un tejido compatible con el original, en las zonas deterioradas que lo necesitaban. La metodología se basa en la fijación del monofilamento de nylon previamente teñido según el color adyacente, colocado por el anverso del repostero y fijado al soporte estructural colocado por el reverso, con hilo de seda o material compatible con los originales previamente teñidos.
Se realizó un proceso de forrado con tejido de algodón compatible con la obra. Esta operación tiene el objetivo de aislar la obra de la pared y proteger así el reverso del repostero de la suciedad.
Por último se procedió a la colocación de velcro (parte suave o hembra) mediante costura por la parte superior del reverso, mientras que la otra parte del velcro (macho) se grapó a un rastrel de madera preparado para atornillar a la pared. Finalmente, se procederá a colgar cada repostero en su ubicación original en la Casa Consistorial.
Al frente de estos trabajos ha estado el personal de la Real Fábrica de Tapices, institución fundada en 1721 que cuenta con 300 años de experiencia en la fabricación y restauración de alfombras, tapices y reposteros.
Desde sus inicios la Real Fábrica cumple una función fundamental en la conservación del patrimonio textil español, participando activamente en el desarrollo de procedimientos y tecnologías para la conservación de tejidos históricos.