Cuando la alopecia deja de ser cosa de hombres

Cuando la alopecia deja de ser cosa de hombres

Madrid, febrero 2021. Aunque el tipo de alopecia más común es la androgénica, hay otro tipo de patologías que pueden afectar al cuero cabelludo de hombres y mujeres. Una de las más comunes es la alopecia frontal fibrosante.

La alopecia frontal fibrosante es un tipo de alopecia cicatricial cada vez más común, aunque su origen no está definido. Tal y como indica el Dr. Roberto Castro, médico de Insparya Madrid, “este tipo de alopecia se presenta con la caída del cabello desde la parte frontal hacia detrás, como si fuese el recorrido de una diadema, provocando que el nacimiento esté poco a poco más atrás”. Es importante, según especifica el Dr. Castro, que “esta alopecia puede progresar lentamente durante unos años y luego, en algunos pacientes, puede estabilizarse de forma espontánea”. Además, este tipo de alopecia puede provocar la aparición de “granitos” en la cara.

Es cierto que la alopecia fibrosante frontal suele asociarse a dos circunstancias principalmente: 

Cambios hormonales, ya que es una alopecia que suele producirse principalmente tal y como afirma el Dr. Castro, “en mujeres cercanas a la menopausia, ya sea antes -y principalmente- después de que esta se produzca”.

De origen desconocido y con un componente autoinmune: es decir, que es el propio organismo el que ataca al pelo. Pero, como Castro especifica, “es importante destacar que no tiene una causa autoinmune, ya que el origen es desconocido, pero sí que tiene un componente autoinmune, que es el que provoca que sea el mismo sistema inmunitario el que hace que el cabello caiga”.

¿Cuáles son los síntomas que indican que se puede padecer este tipo de alopecia?

Según el Dr. Roberto Castro, “uno de los primeros signos de que este tipo de alopecia se va a manifestar en nuestro cabello es la caída del cabello de las cejas, especialmente de la zona final. En numerosas ocasiones, esta caída precede el avance en diadema de la línea de inicio del pelo”.

Otro de los síntomas puede ser la “aparición de lesiones en las sienes, que se pueden manifestar como rugosidades o sensación de relieve en la zona frontal de la línea de cabello”.

“Un enrojecimiento de las mejillas puede ser también un identificador de la presencia (actual o futura) de este tipo de alopecia”.

La detección precoz de este tipo de alopecia es fundamental a la hora de tratar la patología, ya que, con un diagnóstico temprano, la evolución será más favorable, permitiendo la prevención de la caída del cabello y la cicatrización.

En unos primeros estadios, esta alopecia se podrá frenar gracias a tratamientos médicos (orales, tópicos o infiltrados) que disminuyan la inflamación del folículo piloso. Si la enfermedad se encuentra en un estado más agudo, será necesario el uso de corticoides sistémicos e infiltrados y antipalúdicos como hidroxicloroquina o dutasteride. Asimismo, es conveniente realizar tratamientos como Mesoterapia capilar o Plasma Rico en Plaquetas, que puede mejorar la inflamación y la atrofia cutánea.

Pero según el Dr. Castro “es importante recalcar que estos tratamientos médicos tienen como objetivo estabilizar la alopecia, ya que no es probable que esta mejore”.

Solo si el proceso inflamatorio se ha tratado anteriormente con un tratamiento médico, el trasplante capilar puede ser una opción ideal para repoblar las áreas afectadas, aunque hay que tener en cuenta que el pelo trasplantado puede perderse con el paso de los años, especialmente si se produce un nuevo brote.

Asimismo, en casos en los que el trasplante capilar no esté recomendado, se puede optar por soluciones cosméticas, como la tricopigmentación, que permitirá disimular las calvas que aparezcan en el cuero cabelludo, provocando una sensación de homogeneidad.

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