El tabaquismo entre los pacientes psiquiátricos duplica al registrado entre la población general

El tabaquismo entre los pacientes psiquiátricos duplica al registrado entre la población general


Los enfermos mentales que fuman cumplen peor el tratamiento, consumen con mayor frecuencia otras drogas y tienen un mayor riesgo de suicidio.

 

  • Los psiquiatras deben mejorar el abordaje sistemático del tabaquismo como forma de entender la promoción de la salud mental.

 

Oviedo. El XV Congreso Nacional de Psiquiatría, que se celebra estos días en Oviedo, ha acogido el simposio “Tabaco y psiquiatría: De la hipótesis de la automedicación al tabaquismo en la psicosis”. El Dr. Miguel Casas Brugué jefe del servicio de Psiquiatría del Hospital Universitari Vall d’Hebron y catedrático de Psiquiatría de la Universitat Autònoma de Barcelona, ha moderado la mesa, en la que también ha participado el doctor Eugeni Bruguera, coordinador de la unidad de Conductas Adictivas del servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario Vall d’Hebron de Barcelona. En la misma, se ha debatido sobre las diferentes hipótesis que explican la alta prevalencia del consumo de tabaco que existe entre los pacientes psiquiátricos, que duplica la de la población general.

 

Tal y como ha indicado el doctor casas, “desde el campo de la psiquiatría existe una preocupación cada vez mayor por las graves consecuencias que tiene el consumo de tabaco sobre nuestros pacientes, ya que las enfermedades directamente relacionadas con el tabaco son la principal causa de muerte entre los enfermos mentales. Esto se debe en parte a que los enfermos mentales que fuman cumplen peor el tratamiento, consumen con mayor frecuencia otras drogas y tienen un mayor riesgo de suicidio.

 

“Sin embargo, y como también sucede entre la población médica, a los psiquiatras nos cuesta abordar de forma sistemática el tabaquismo como forma de entender la promoción de la salud mental, detectando y ayudando a los pacientes a dejar de fumar”, ha recalcado el experto.

 

A menudo algunos tópicos, como el de la idea que los enfermos mentales no quieren ni pueden dejar de fumar y además empeorarán de su trastorno de base, ayudan a la no intervención. “Hay suficiente evidencias científicas que demuestran la falsedad de dichos argumentos”, asegura el doctor Bruguera. “Los pacientes psiquiátricos quieren dejar de fumar, pueden dejar de fumar y con una buena monitorización no sólo no empeoran sino que pueden mejorar”, ha afirma el especialista.

 

En lo que parecen estar de acuerdo los expertos es en la evidencia de que la dependencia del tabaco es más intensa entre esta población, y que por tanto los pacientes mentales van a necesitar más ayuda, cosa que por ahora afirman no sucede. “Esto debe ser corregido, y se hace necesario entender mejor la estrecha relación del tabaco con la salud mental”, ha indicado el doctor Bruguera.

 

Durante la exposición de la mesa se ha profundizado en las causas que hacen que los enfermos mentales consuman más tabaco y tengan más dificultades en dejarlo. Se ha revisado por ello durante las distintas intervenciones de los ponentes la hipótesis, por un lado, de la automedicación, es decir del consumo del tabaco como forma de aliviar el malestar que provocan los trastornos mentales, así como la existencia de una vulnerabilidad común tanto a la dependencia del tabaco como al trastorno psiquiátrico.

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