Este ha sido el mensaje de la alcandelsa de Avilés:
Finalizamos 2020, un año que había sido marcado en la agenda política y económica de Europa como un año de cambio, de transformación y de fortalecimiento para Europa.
Europa 2020 era la estrategia de crecimiento de la Unión Europea para la década 2010-2020, cuya finalidad era superar los efectos de la crisis del 2008 y subsanar los defectos de nuestro modelo de crecimiento, creando las condiciones propicias para un tipo de crecimiento más inteligente, sostenible e integrador.
Nadie podía esperar que, una década después, el 2020 se convirtiera en el año de la pandemia sanitaria provocada por el SARS-CoV-2. Una pandemia que hoy parece tan predecible como inesperada era en las semanas previas a su inicio.
La pandemia nos deja cifras escalofriantes. A día de hoy ya ha causado más de 1,7 millones de muertos en todo el planeta (hombres y mujeres que ya no están con nosotros), ha infectado a más de 80 millones de personas, y obligado al confinamiento de miles de millones de personas en todo el mundo con el consiguiente efecto sobre la actividad social y económica.
El Covid es el mayor drama del presente siglo. Un siglo que, en apenas dos décadas completas de vida, nos ha sacudido con las dos crisis más profundas de nuestra sociedad debido a su dimensión y alcance global. Dos crisis que ponen en evidencia la necesidad de además de evidenciar la profunda interacción en la que vivimos, y la oportunidad de transformar nuestros modelos productivos y de reforzar nuestros modelos sociales.
Finalizamos el año con una nueva cepa que no nos permite descuidarnos, y nos exige reforzar las medidas sanitarias, pero también con una pequeña luz que se abre al final del túnel en forma de vacuna. Sin duda el triunfo de la ciencia y la investigación. Y la evidencia de cómo debemos afrontar el futuro.
Por eso, a pesar de las dificultades que vivimos, damos la bienvenida a 2021 con la ilusión de poder poner fin a esta pandemia y de afrontar el proceso de recuperación económica y social con la lección aprendida. La misma unidad que nos exige las dificultades, también se convierte en nuestra fortaleza para afrontar el futuro.
Por eso, 2021 estará marcado por el compromiso colectivo de apoyar a todos los sectores y las familias que sufren los efectos de la pandemia. Pero también por la exigencia de reforzar nuestras fortalezas y proyectos de futuro. Porque la historia no se detendrá, de la misma forma que no se ha detenido en estos meses.
Por ese motivo, en este año es más importante que nunca, celebrar este encuentro de alcaldes y alcaldesas, en el que estamos presentes los grandes ayuntamientos de Asturias y de la comarca de Avilés.
Un encuentro con el que además de despedir 2020, mostramos nuestra convicción ante el 2021 de que las dificultades sólo se superan desde la unidad, compartiendo conocimientos, asumiendo compromisos conjuntos, y mirando con decisión al futuro.
La crisis sanitaria ha evidenciado cómo la comarca de Avilés, junto a Gijón y Oviedo formamos una gran unidad de población cuya actividad y relaciones sociales son difícilmente diferenciables.
Esa realidad incuestionable debe estar presente en las relaciones políticas, porque son imprescindibles a la hora de afrontar la realidad social y económica de nuestro territorio. La movilidad territorial, la capacidad de nuestras ciudades para generar actividad y empleo, para atraer población o para ser atractivos como destino turístico, exigen de la coordinación y colaboración de nuestras acciones y de nuestras políticas.
En un momento en que las dificultades que vivimos nos pueden llevar al error de mirar hacia dentro nuestras fronteras, debemos poseer la capacidad multiplicar nuestras fortalezas y mirar hacia el mundo con la decisión de asumir nuevos retos compartidos.
No queremos volver a estar solos en la mitad de la tierra. Debemos buscar nuestras fortalezas y proyectarlas hacia una Europa que debe encontrar un nuevo espacio en esta nueva realidad del mundo que la crisis del covid está gestando.
El mundo cambia. Y debemos ser protagonistas de ese cambio. Esa es la esencia de la política.
Por eso afrontamos el 2021 como el año de la recuperación, pero también con la esperanza de que la crisis sea una lección colectiva sobre la importancia de transformar la realidad del mundo. Para que 2021 sea el inicio de un mundo más cercano, más social, más humano y capaz de sentar las bases de un constante progreso colectivo.