Radioactivos, corrosivos, explosivos...la clasificación y señalización de los desechos peligrosos es imprescindible para tratarlos adecuadamente

La importancia de la clasificación radica en que cada residuo peligroso requiere un tipo de almacenamiento, tratado o proceso de reciclaje diferente

Aunque cada vez se tiene más cuidado con no generar residuos peligrosos y las energías renovables son ya una realidad, todavía existen muchas actividades en las que se producen una serie de residuos que es necesario conocer y clasificar.

La clasificación de residuos corrosivos o que resulten nocivos por otros motivos es muy importante debido a que esta es la que permite poder señalarlos con carteles identificativos y darles un tratamiento adecuado para evitar consecuencias negativas para el el medioambiente y la salud de las personas. 

Este tipo de residuos suelen venir de centros médicos y hospitales, laboratorios, industrias, actividades agropecuarias y por supuesto las centrales energéticas como las nucleares, cuyos residuos son conocidos por ser difíciles de gestionar. Todos estos se consideran peligrosos o dañinos porque pueden tener efectos perjudiciales para el medioambiente, ya que son corrosivos, tóxicos y frecuentemente inflamables. Por eso es fundamental darles un tratamiento adecuado y sobre todo señalizarlos con pictogramas y textos.

Residuos corrosivos

Este tipo de residuos pueden corroer un material al entrar en contacto con él, como ocurre con los ácidos. Se trata de desechos químicos que pueden provocar accidentes como incendios o daños a humanos, ya que estas sustancias pueden descomponer otros. 

Residuos tóxicos

En esta categoría se encuentran aquellos residuos que presentan una alta toxicidad que llega a ser peligrosa para la salud. De hecho, podrían hasta causar la muerte o generar defectos y malformaciones genéticas en próximas generaciones; o incluso desestabilizar y contaminar ecosistemas enteros. Se trata de peligros altamente peligrosos para ríos, lagos, mares u otro tipo de entornos naturales. Los peores son los hidrocarburos y derivados del petróleo.

Residuos radioactivos

Estos residuos, unos de los más famosos, son peligrosos debido a la radiación que pueden transmitir. Los más conocidos son el uranio y el plutonio, derivados de la actividad de las centrales nucleares. Estos residuos contienen también otras sustancias que desarrollan también su radioactividad de forma independiente, lo que dificulta el tratamiento de estos residuos que tardan miles de años en descomponerse.

Residuos explosivos

La peligrosidad de estos residuos radica en que pueden llegar a explotar dañando mucha de la superficie y por supuesto de los seres vivos que se encuentren a su alrededor. Se trata de residuos como la pólvora, que deben ser identificados con un pictograma de explosión para que cualquiera pueda entender el riesgo a simple vista. 

Todos estos residuos deben ser almacenados y tratados de forma diferente, y estar siempre debidamente indicados con pictogramas y etiquetas. Siempre que sea posible hay que intentar reciclarlos, reutilizarlos o destruírlos si fuese posible, intentando no dañar al medioambiente ni a nuestra salud. Todos estos procesos deben ser realizados siempre por personas profesionales y capacitadas para estas tareas, que tendrán los conocimientos y herramientas necesarias para llevar esto a cabo.