Esta norma, aprobada hoy por unanimidad por el Parlamento, “suprime las dificultades que estas personas afrontan a diario y que merman su capacidad de independencia, su autonomía y su participación social”.
En cuanto la nueva legislación entre en vigor, para posibilitar el acceso a diferentes lugares públicos, la persona con discapacidad y el perro de asistencia pasarán a formar jurídicamente una unidad de vinculación que deberá inscribirse en un registro y que se acreditará con un documento personal y un distintivo para el animal.
Además, la ley es la primera que se publica en Asturias adaptada a lectura fácil, con el objetivo de favorecer su comprensión y análisis. A juicio de Melania Álvarez, se trata de un paso importante en favor de la igualdad y favorece especialmente a las personas mayores, a quienes no conocen bien el lenguaje jurídico y también a las personas con discapacidad.