El Festival Internacional de Cine de Gijón/Xixón reúne a una decena de brillantes cineastas iberoamericanos
La 58ª edición del Festival Internacional de Gijón/Xixón, que se celebra hasta el 28 de noviembre, dedica una de las competiciones de su Selección Oficial, Tierres en trance, al Cine Iberoamericano, y también añade algunos títulos que componen distintos retratos de Norteamérica, ofreciendo así un completo lienzo del continente con cineastas de una decena de países.
TIERRES EN TRANCE
Tierres en trance (que junto con Albar y Retueyos compone la Selección Oficial de largometrajes) homenajea con su nombre al cine del brasileño Glauber Rocha y reúne 11 producciones de México, Argentina, Venezuela, Chile, Colombia, Cuba, Brasil o España. Sus títulos muestran a directoras y directores comprometidos con las luchas y retos de estos países, e historias que retratan a través de un cine comprometido y humano que además trasluce las particularidades de cada lugar. Los títulos que componen esta sección son:
“La fortaleza”, de Jorge Thielen Armand.
“Entre perro y lobo”, de Irene Gutiérrez.
“Se escuchan aullidos”, de Julio Hernández Cordón.
“Transoceánicas”, de Meritxell Colell y Lucía Vassallo.
“Como el cielo después de llover”, de Mercedes Gaviria Jaramillo.
“Implosión”, de Javier Van de Couter.
“Lluvia de jaulas”, de César González.
“La calle del agua”, de Celia Viada Caso.
“El tiempo perdido”, de María Álvarez.
“Breve miragem de sol”, de Eryk Rocha.
“Chaco”, de Diego Moncada.
Fotograma de "Chaco".
DOS VISIONES DE ESTADOS UNIDOS
El programa del FICX, que este año se celebra online a través de la web FICX.TV, por la situación derivada de la pandemia sanitaria, ofrece también otros dos títulos que a su vez aportan sendas interpretaciones de el norte de América: “First Cow”, de Kelly Reichardt, una cineasta muy vinculada con el Festival, y “One of These Days”, del alemán Bastian Günther, que ha realizado una suerte de “Danzad, danzad” malditos del siglo XXI.
Si una imagen de “First Cow” golpea con fuerza al espectador es la del descubrimiento casual de dos cadáveres que, convertidos en espejo, nos recuerdan que nuestras vidas nacen de cuanto trataron de construir todos los que nos precedieron. Una hoguera, una receta, una amistad, un país.
Y de los bosques, a los aparcamientos de los centros comerciales, de aquellos ideales, a la pesadilla de “One of These Days”. La competición entre los clientes de un centro comercial por la subasta de una camioneta conduce a los personajes a mentir, humillar y traicionar. A sacar lo peor de los tiempos iracundos que vive Estados Unidos.
“First Cow” y “One of These Days” reflejan dos países que conviven en el espacio, la bandera y el tiempo. El que pudo ser y el que toca cambiar. El país en el que están rodadas, el Estados Unidos de la oscuridad trumpista, que ahora con las últimas elecciones presidenciales espera volver a una convivencia en paz.
Fotograma de "First Cow".