RAG/DICYT Tomar conciencia de la importancia que cobran para la prevención de las enfermedades neurodegenerativas la adopción de hábitos saludables como ejercitar constantemente "el cerebro" o evitar el consumo de grasas es el mensaje que Javier Urdiales, doctor neurofisiólogo del Complejo Asistencial de León, ha transmitido hoy durante su intervención en la primera sesión de unas jornadas de conmemoración del décimo aniversario del Programa Interuniversitario de la Experiencia de la Universidad de León (ULE). En su ponencia, Vicente Martín, doctor del mismo centro hospitalario e investigador del Instituto de Biomedicina (Ibiomed) de León, ha defendido los beneficios de la actividad física sobre la salud de las personas, y ha destacado su papel para prevenir ciertos tipos de cáncer, como el de colon y el de mama.
El ser humano comienza a envejecer a los 30 años, "mucho más pronto de lo que se cree". Por eso, es primordial desde edades tempranas prevenir la aparición de unas patologías frecuentes entre la población, como son las neurodegenerativas, con casos como las demencias de varios tipos o la arteriosclerosis cerebral, ha expuesto Urdiales a DiCYT.
Respecto a las demencias, el doctor ha asegurado en su ponencia que sea cual sea la ocupación de las personas es necesario que mantengan activo su cerebro con la práctica de actividades como la lectura o el estudio. "Hay un hecho muy claro, y es que cuanto más hacemos trabajar al cerebro menos demencia vamos a tener", ha aseverado.
Asimismo, la adopción de hábitos como el evitar comer grasas ayuda a prevenir la aparición de la arteriosclerosis cerebral, una enfermedad que trae consigo la acumulación de colesterol en los vasos del cerebro y que causa pérdida de memoria.
Actividad física
Vicente Martín, por su parte, ha puesto en valor la actividad física, pues es un hábito que reduce la posibilidad de padecer enfermedades cardiovasculares, así como de algunos cánceres como el de colon o el de mama. Caminar entre 30 y 45 minutos a paso rápido entre 3 y 5 días a la semana sería suficiente para mantener al organismo en buen estado.
Aunque se tiene la certeza de que el mantener un cierto nivel de actividad previene del cáncer, la comunidad científica aún no ha resuelto el porqué y hay abierta una discusión acerca de qué factores influyen al respecto. Por un lado, al hacer ejercicio físico se acumula menos grasa y se tiene constancia de están ligados a ella muchos factores cancerígenos y disruptores endocrinos (sustancias químicas capaces de alterar el equilibrio hormonal).
La actividad física, además, beneficia al sistema inmune. "Mejora nuestro sistema inmune y, por tanto, mejora nuestro sistema de limpieza de todas aquellas células, de todos aquellos agentes productores de enfermedades", ha apuntado el doctor, quien ha añadido que se inclina porque la conjunción de varios de estos factores sea la que hace que el ejercicio ayude a no padecer estos tumores.
Un tiempo al alcance de la mayoría
A partir de esta cantidad de actividad física diaria, "que la mayoría de las personas pueden hacer", se ha visto que el cuerpo da un "salto cualitativo importante" en la prevención de estas enfermedades, si se comparan sus índices con los de las personas sedentarias. Se ha comprobado, además, que un incremento en el tiempo o en el esfuerzo no genera una respuesta mayor en el organismo, ha agregado.
FOTO: Javier Urdiales, Aurelia Álvarez, José Ramiro González y Vicente Martín
Programa de la Experiencia | |
Las jornadas, iniciadas hoy y que finalizarán mañana, servirán para difundir los resultados obtenidos por el programa de aprendizaje en personas adultas. Su organización ha corrido a cargo del Programa Interuniversitario de la Experiencia de la Universidad de León y la Fundación General de esta Institución académica (FGULEM) y han contado con el apoyo del Ministerio de Educación.
Un total de 730 alumnos participan este curso en este programa de la ULE en las sedes de León, Ponferrada y Astorga, 53 más que el año pasado y 446 más que hace diez años, ha destacado a DiCYT Aurelia Álvarez, su directora.
En el programa pueden participar las personas de 55 años o más residentes en Castilla y León, sin necesidad de que dispongan de una titulación previa. Al finalizar los tres cursos académicos de los que consta, obtienen un diploma expedido por su universidad y la Junta de Castilla y León. |