UNICEF pide evitar una generación perdida a medida que la COVID-19 prosigue su avance

UNICEF pide evitar una generación perdida a medida que la COVID-19 prosigue su avance

NUEVA YORK, 19 de noviembre de 2020 – UNICEF advierte hoy en un nuevo informe de que la pandemia de COVID-19, de cuyo inicio está a punto de cumplirse un año, tendrá consecuencias cada vez más graves para los niños.

 

Publicado poco antes de la celebración del Día Mundial de los Niños, Evitar una generación perdida a causa de la COVID-19 es el primer informe de UNICEF que describe de manera exhaustiva las graves y cada vez peores consecuencias para los niños que puede generar la pandemia si se prolonga. En el informe se muestra que, si bien los síntomas entre los niños infectados siguen siendo leves, las infecciones van en aumento y las repercusiones a largo plazo sobre la educación, la nutrición y el bienestar de toda una generación de niños y jóvenes pueden cambiar sus vidas.

 

“A lo largo de la pandemia de COVID-19 ha surgido el mito persistente de que los niños apenas se ven afectados por la enfermedad. Nada más lejos de la realidad”, ha dicho Henrietta Fore, directora ejecutiva de UNICEF. “Aunque los niños pueden enfermarse y pueden propagar la enfermedad, esto es sólo la punta del iceberg de la pandemia. Las interrupciones en los servicios básicos y el aumento de las tasas de pobreza representan la mayor amenaza para los niños. Cuanto más tiempo persista la crisis, más profundas serán sus consecuencias sobre la educación, la salud, la nutrición y el bienestar de los niños. El futuro de toda una generación está en peligro”.

 

En el informe se señala que, hasta el 3 de noviembre, los niños y adolescentes menores de 20 años representaban 1 de cada 9 de las infecciones por COVID-19 en 87 países con datos desglosados por edad; esto supone el 11% de los 25,7 millones de infecciones notificadas por esos países. Para comprender mejor cómo repercute la crisis en los niños más vulnerables, y orientar por consiguiente la respuesta, es necesario recopilar datos más fiables y desglosados por edad sobre las infecciones, las muertes y las pruebas.

 

Si bien los niños pueden transmitirse el virus entre ellos y a grupos de mayor edad, hay pruebas sólidas de que, con las medidas de seguridad básicas que hay en vigor, los beneficios netos de mantener las escuelas abiertas superan los costos de cerrarlas, señala el informe. Las escuelas no son el principal factor de transmisión en la comunidad, y los niños tienen más probabilidades de contraer el virus fuera del entorno escolar.

 

Las alteraciones relacionadas con la COVID en los servicios sociales y de salud, que son esenciales para los niños, representan la amenaza más grave para ellos, según el informe. Utilizando nuevos datos de las encuestas realizadas por UNICEF en 140 países, el informe señala que: 

 

  • Alrededor de una tercera parte de los países analizados registraron una reducción de al menos un 10% en la cobertura de una serie de servicios de salud como las vacunaciones sistemáticas, la atención ambulatoria de las enfermedades infecciosas infantiles y la salud materna. El temor a la infección es una razón importante. 
  • La cobertura de los servicios de nutrición para mujeres y niños ha registrado una disminución del 40% en 135 países. En octubre de 2020, 265 millones de niños seguían sin recibir comidas en la escuela en todo el mundo. Más de 250 millones de niños menores de 5 años podrían dejar de recibir los beneficios vitales de protección que ofrecen los programas de suplementos de vitamina A.
  • El número de las visitas a domicilio que realizaron los trabajadores sociales en septiembre de 2020 se había reducido en 65 países en comparación con el mismo período del año anterior.

 

Entre los datos más alarmantes del informe se incluyen los siguientes:

 

  • Hasta noviembre de 2020, 572 millones de estudiantes resultaron afectados por el cierre de escuelas a nivel nacional en 30 países, es decir, el 33% de los estudiantes matriculados en todo el mundo.
  • Se estima que en un período de 12 meses podrían producirse 2 millones de muertes infantiles y 200.000 mortinatos adicionales si se producen graves interrupciones en los servicios y un aumento de la malnutrición.
  • Otros 6 o 7 millones de niños menores de 5 años sufrirán emaciación o desnutrición aguda en 2020, un aumento del 14%; esto representará más de 10.000 muertes infantiles adicionales al mes, principalmente en África Subsahariana y Asia Meridional.
  • Se estima que, a nivel mundial, el número de niños que viven en una situación de pobreza multidimensional –sin acceso a la educación, la salud, la vivienda, la nutrición, el saneamiento o el agua– se ha disparado en un 15%, es decir, que afectará a 150 millones de niños más para mediados de 2020.

 

Para responder a esta crisis, UNICEF hace un llamamiento a los gobiernos y a los aliados para que tomen las siguientes medidas:

 

  1. Velar por que todos los niños puedan aprender, incluyendo la reducción de la brecha digital.
  2. Garantizar el acceso a servicios de salud y nutrición y lograr vacunas asequibles.
  3. Apoyar y proteger la salud mental de los niños y los jóvenes y poner fin al abuso, la violencia por razón de género y el abandono.
  4. Ampliar el acceso al agua potable, el saneamiento y la higiene, y luchar contra la degradación del medio ambiente y el cambio climático.
  5. Impedir el aumento de la pobreza infantil y promover una recuperación inclusiva.
  6. Redoblar los esfuerzos dirigidos a proteger y apoyar a los niños y a las familias que viven en situaciones de conflicto, desastre y desplazamiento.

“En este Día Mundial de los Niños, pedimos a los gobiernos, los aliados y el sector privado que escuchen a los niños y den prioridad a sus necesidades”, ha dicho Fore. “A medida que todos reimaginamos el futuro y nos preparamos para un mundo más allá de la pandemia, los niños deben estar siempre en primer lugar”.

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