Por Grupo Navega
La acidificación de los océanos causada por la actividad humana tendrá profundos impactos sobre la vida marina, aunque no aumentaran más las emisiones de CO2. Los datos científicos más recientes muestran que la química del agua de mar ya está cambiando y sólo una reducción rápida y considerable del uso de combustibles fósiles y de la deforestación puede ayudar a restablecer la salud de los océanos. El aumento del nivel de dióxido de carbono en la atmósfera está tornando el agua de los océanos más y más corrosiva. Esto causará en el futuro una extinción masiva de la vida marina de la misma magnitud que la que se produjo cuando los dinosaurios desaparecieron de la Tierra.
La acidificación de los océanos es una causa potencial de la extinción de especies marinas. Cuando el dióxido de carbono se disuelve en el agua parte de él es transformado en ácido carbónico. Conforme pasa el tiempo las emisiones de este gas hacen que los océanos acumulen mayor cantidad de este ácido y se tornen más y más ácidos. Este nivel dañará especialmente animales como los corales, que albergan una gran riqueza biológica y que se verán gravemente dañados de aquí a 2050 Estos animales que usan al carbonato cálcico para construir sus estructuras, ya que el ácido carbónico disuelve este compuesto fácilmente, de este modo numerosas especies tendrán muchas posibilidades de desaparecer.
Aunque la acidificación oceánica ocurrirá de manera global, ésta se producirá de forma más intensa y rápida en algunas regiones del océano que en otras, y sus impactos también variarán debido a diferencias en la temperatura o en los patrones de circulación. He aqui algunos (pocos)ejemplos:
El Mar Caribe, donde se encuentra el segundo sistema arrecifal más grande del planeta, se verá directamente afectado de no contenerse la acidificación del océano; los mares desempeñan un papel importante en la regulación del clima y en el ciclo del carbono, pues captan aproximadamente 25 por ciento del bióxido de carbono (CO2) emitido hacia la atmósfera por diversas fuentes antropogénicas. Sin embargo, esa absorción, ha disminuido el pH de los mares y reducido la saturación de carbonato de calcio en las aguas superficiales, en las que se da la mayor parte de la producción oceánica, por lo que además de la naturaleza se verían afectados la economía y el turismo de la región.
Por otro lado, la salud del medio ambiente marino del Mediterráneo es vital para numerosos países costeros y es muy vulnerable al cambio global. Los experimentos con coral, lapas y otros moluscos de importancia comercial, muestran los riesgos asociados al incremento de las emisiones de CO2 en la vida marina. Estos animales intentan desarrollar sus conchas y esqueletos más rápidamente, pero, simplemente, se disuelven. Además, los ecosistemas marinos mediterráneos se están degradando por el incremento de las temperaturas y sabemos que este calentamiento puede empeorar aún más los efectos de la acidificación”.
Cuatro organismos de la ONU presentaron hoy un plan para mejorar la gestión de los recursos de los océanos y de las zonas costeras, ante la constatación de que el 60 % de los principales ecosistemas marinos se ha deteriorado o se usa de forma incompatible con su conservación. Sus autores recuerdan que aunque los océanos cubren el 70 % de la faz de la Tierra, solamente el 1 % de su superficie está protegida, por ello invitan a incrementar la capacidad institucional para la observación científica de océanos y zonas costeras, a promover una pesca y una acuicultura responsables, a apoyar una economía verde en los pequeños estados insulares en desarrollo y tratar el problema de las especies acuáticas invasivas.