Desarrollan maquinaria para el secado de piñas autóctonas de Castilla y León

Desarrollan maquinaria para el secado de piñas autóctonas de Castilla y León

La empresa vallisoletana Inimax, que se encuentra ubicada en el polígono industrial El Carrascal, ha desarrollado maquinaria para el secado de piñas autóctonas de Castilla y León. Se trata de maquinaria novedosa, ya que no existe ningún desarrollo parecido en el mundo, y es fruto de un importante trabajo de investigación también inédito sobre cuál es “la velocidad y la temperatura de secado óptima para extraer el piñón de cara a plantarlo después, para lo que hay que mantenerlo vivo”, aseguran en declaraciones a DiCYT Raúl Zapico y Daniel Díez, directores técnico y comercial de la empresa.

 

El desarrollo tiene su origen en la necesidad de uno de sus clientes, en este caso el Vivero Forestal de la Junta de Castilla y León, que deseaba incrementar su producción pero contaba con unas estaciones de secado antiguas. “Extrajimos los datos de este secadero, en Quintanar de la Sierra (Burgos), y partiendo un poco de lo que se hacía allí se hicieron los ensayos, se capturó toda la información de secado, se extrapoló y se hizo una curva con su fórmula”, detallan.

 

Uno de los problemas que surgieron radicó en que en esas instalaciones sólo se secaba una especie y que la empresa necesitaba saber cómo secar unas cuantas más, en concreto seis especies distintas de toda la comunidad. “En esa única especie que se hacía tradicionalmente tenían mucha experiencia y, de manera manual, sabían qué hacer, pero en las otras especies se intentó extrapolar y se obtuvieron unos índices de germinación bajísimos, por lo que se determinó que el secado de todas las piñas no es igual”, precisan.

 

Así, iniciaron un trabajo de investigación para obtener curvas de secado en función de cada especie. Como recuerdan, “no existía nada parecido, a la hora de empezar el trabajo incluso investigamos si el proceso de secado de una piña era parecido a la curva de secado de la madera, pero no fue así y hubo que realizar ensayos”, concluyen lo investigadores, quienes finalmente extrajeron curvas distintas para cada especie.

 

Sistema de control

Estas curvas se incorporaron al sistema de control que determina, de forma automática mediante un robot programable y un software, cómo tiene que ser el proceso en función de unos datos de entrada, sobre todo de la humedad de las piñas. A través de esta información el sistema se ubica en las curvas obtenidas y se lleva a cabo de forma automática, guiando en todo momento al operario de la instalación sobre el momento en el que tiene que sacar la piña “para que desde el punto de vista energético fuese lo más eficiente posible y, desde el punto de vista del producto terminado, con la máxima calidad posible”.

 

El objetivo final, según los expertos, es que el encargado de la instalación observe un lote con una determinada humedad y el sistema le indique cuánto tiempo debe estar en las torres de secado. “Si te pasas mucho gastas más energía de la necesaria y hay piñas que no se van a abrir, e incluso puedes llegar a quemar el piñón”, señalan. Además de incrementar la producción, el objetivo era aumentar también el porcentaje de germinación, que al final fue cercano al 99 por ciento.

 

 

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