En el panorama actual, en el que la preocupación por el frágil equilibrio medioambiental es una constante, la industria se está viendo obligada a adaptar sus procesos a pasos agigantados. El imparable cambio climático, el problema de los residuos, la necesidad de preservar los recursos naturales y unas legislaciones cada vez más restrictivas obligan a ello.
En ese proceso de transformación, la automatización se ha hecho más imprescindible que nunca para reducir los costes energéticos. Una automatización que permite controlar de manera simultánea infinidad de variables para optimizar los procesos industriales. En ella entran en juego sistemas como medidores de caudal de agua, de temperatura, nivel o presión.
Así, mientras la industria aumenta la inversión en la mejora de su actividad, empresas como Endress+Hauser buscan soluciones cada vez más innovadoras y eficientes para que el sector industrial pueda adaptarse a las nuevas exigencias en unos momentos en los que los cambios se suceden a una velocidad vertiginosa.
De hecho, la automatización de las empresas implica el uso no solo de robots cada vez más sofisticados, también de software y tecnologías de la información, así como de sistemas de monitoreo y control para aumentar la producción y mejorar el rendimiento de los procesos.
Evidentemente, todo ello tiene un reflejo económico, pero también lo tiene en la sostenibilidad del planeta, ya que actividades más eficientes reducen el consumo de energía y de emisiones, así como la generación de residuos.
¿Cómo se aplica la automatización? Básicamente, el uso de sensores en los procesos industriales permite registrar variables como presión, temperatura, caudal, niveles, etc. El monitoreo y análisis de estos datos hacen factible ajustar en cada momento los sistemas para conseguir la máxima eficiencia. No solo eso, sino que la automatización permite también cambiar de unos procesos a otros mediante autómatas programables.
Aumenta el gasto en protección ambiental
Para comprender el alcance de todas las medidas de modernización emprendidas por el sector industrial, hay que tener en cuenta que en España es responsable de más del 20 % del consumo de energía. Todo ello, a pesar de que la última encuesta del Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre consumo energético reflejaba que esta cifra era en 2017 un 4 % inferior a la de 2015.
Y, de manera paralela a esa disminución en el consumo energético, surge otra variable que no se debe dejar a un lado: la inversión destinada a la protección del medio ambiente. De esta manera, la encuesta de gasto de la Industria en protección ambiental realizada también por el INE y relativa al año 2018 señalaba que la industria española destinó 2.626 millones de euros a la protección ambiental, es decir, el 0,4% de su cifra de negocios y un 4,2 % que el año anterior.
Queda patente, por tanto, el interés del sector industrial en mejorar sus procesos productivos con vistas a la optimización de los recursos y la reducción de la factura energética. Y en esa tarea tan titánica como imprescindible, la investigación, el desarrollo de nuevos sistemas más eficientes y la automatización juegan un papel esencial.