El “Diagnóstico sobre la situación de mujeres y hombres en la administración del Principado de Asturias” es el punto de partida necesario para la elaboración del futuro Plan de Igualdad del Principado, con el que se dará cumplimiento al artículo 43 de la Ley del Principado de Asturias 2/2011, para la igualdad de mujeres y hombres y la erradicación de la violencia de género, que establece el deber por parte de la Administración del Principado y sus organismos autónomos de elaborar y aplicar un plan de este tipo.
Las Administraciones públicas están sujetas y obligadas al principio constitucional de igualdad en una doble dimensión: como organizaciones empleadoras de personal y como órganos de desarrollo y ejecución de las políticas públicas. La neutralidad desde una perspectiva de género no es posible en ninguna de estas dimensiones, ya que la Administración es permeable a la sociedad en la que está inserta. Por este motivo, introducir la perspectiva de género en el análisis de la acción de la Administración se hace imprescindible para poder garantizar la igualdad y evitar la discriminación. Este diagnóstico permite, por tanto, determinar si hay o no situaciones de desigualdad en la Administración asturiana, conocer las fortalezas y los márgenes de mejora, y ofrecer recomendaciones que puedan ser tomadas en consideración para la elaboración del que será el I Plan de Igualdad para la Administración del Principado de Asturias.
Con este objetivo, el Instituto Asturiano de la Mujer, como órgano competente en la materia, impulsó en su momento la realización del presente diagnóstico, que se ha desarrollado en dos fases, correspondientes a dos legislaturas diferentes. En la primera fase, iniciada en 2017, se realizó el grueso del diagnóstico con una metodología mixta, basada en un triple análisis: cuantitativo, cualitativo y normativo. La coincidencia en el tiempo de la finalización de esta primera fase del diagnóstico con el inicio de una nueva legislatura en 2019, requirió que, en una segunda fase, se actualizara la parte cuantitativa del diagnóstico de manera que quedaran incorporados los cambios en las plantillas asociados a la nueva estructura de gobierno. La primera fase fue realizada por un equipo de investigadoras de la Universidad de Oviedo, liderado por la profesora Sandra Dema como investigadora principal y la segunda fase o actualización la realizó Ibain Consultoría, una consultora especialista en análisis de género con Sara Ibarrola como referente principal.
Principales resultados:
En términos generales, la plantilla de la Administración del Principado está feminizada: 3 de cada 4 personas empleadas, el 73,5%, son mujeres: 29.655 de un total de 40.354 personas.
Por tipo de plantilla, la del SESPA está más feminizada que la media, con un 79,1% de mujeres (13.505 de 17.074). Le sigue el personal docente, con un 73,1% (8.389 mujeres vs. 3.080 hombres). El resto del personal, el de consejerías y otros organismos, aunque también feminizado, lo está en menor medida: las mujeres son el 65,7% del total (7.761 de un total de 11.811).
De todas las mujeres que trabajan en la Administración asturiana, el 45,5% son trabajadoras del ámbito sanitario, el 28,3% es personal docente, y el restante 26,2% son empleadas de alguna consejería o entidad pública.
Descendiendo en nivel de agregación de las plantillas, se observa que esta feminización no se encuentra en todas las consejerías y entidades públicas: las áreas tradicionalmente desarrolladas por los hombres son también las plantillas más masculinizadas: emergencias, infraestructuras, gestión medioambiental, territorio y desarrollo agroganadero. En el otro extremo, servicios sociales y dependencia, vinculados a los cuidados, tienen las plantillas más feminizadas (89,5% de mujeres en el Establecimientos Residenciales para Ancianos, por ejemplo).
Dentro del SESPA, no hay ninguna Área de Especialización masculinizada, si bien el porcentaje de mujeres varía entre más del 80% en el Hospital Monte Naranco y en el Área de Atención Especializada, y el 59% de los Servicios Centrales, pasando por el 65,1% del SAMU.
Entre el personal docente tampoco hay ningún centro que no esté feminizado, si bien la proporción de mujeres varía entre el 92% en las Escuelas de Educación Infantil, y el 45,6% en los Centros Integrados de Formación Profesional. Hay que recordar que la Universidad no forma parte de la Administración asturiana.
La legislatura 2019-2023 es en la que hay mayor proporción de cargos ocupados por mujeres de las últimas cuatro, habiéndose alcanzado la paridad total en la titularidad de consejerías (5 de 10), viceconsejerías (3 de 6) y direcciones generales (29 de 58). En las Secretarías Generales Técnicas se supera el 60% de mujeres: están en 8 de las 10.
En los cargos intermedios las mujeres son, en promedio, el 65%, con diferencias por nivel: en las jefaturas de servicio y las jefaturas de sección, son un 56,9% y un 56,5% respectivamente, mientras que llegan al 72,5% de las jefaturas de negociado y al 80,6% de las de área.
En el ámbito educativo, aunque las mujeres son mayoría en todos los puestos, incluidas las direcciones y jefaturas de estudio, ellas acceden entre un 10% y un 17% menos a estos puestos en relación con su presencia en el total de la plantilla.
En el ámbito sanitario, los hombres son mayoría en los puestos directivos (59,8%) y las mujeres en los mandos intermedios (60,3%) y en los que no tienen ningún cargo (75,7%). Además, teniendo en cuenta la distribución por sexo del personal del SESPA en su conjunto, se concluye que en los puestos directivos y en los intermedios, los hombres tienen una presencia mayor a la media: están sobrerrepresentados en un 49,1% en los puestos directivos y en un 23,7% en los intermedios.
Acceso a la administración pública asturiana y trayectorias profesionales
La forma de selección y promoción afecta a las distribuciones por sexo de las plantillas, pero tanto a través de pruebas selectivas -con las que han accedido el 65,7% de mujeres- como a través de la libre designación -proceso con el que ha accedido el 52,2%-, los resultados son paritarios.
En cuanto a las promociones dentro de la Administración, el personal encuestado señaló que la pertenencia a redes de relaciones informales es uno de los factores más importantes para acceder a puestos de superior categoría; al respecto, las mujeres declaraban no tener el mismo acceso que los varones. En cuanto a las barreras en la promoción interna, hay dos que son aducidas en mayor medida por mujeres que por hombres: los problemas de conciliación entre la vida personal y familiar y las exigencias del puesto (7,6% de mujeres y 5,6% de hombres) y el no haber recibido oferta para la promoción (20,1% de mujeres v. 17,7% de hombres). En el SESPA varía ligeramente la respuesta, manteniéndose los problemas de conciliación como respuesta más feminizada, si bien en este caso la falta de oferta es más frecuente entre los varones.
Niveles y retribuciones: brecha salarial (legislatura 2015-2019)
Los registros de las tres plantillas presentan algunas limitaciones en la información retributiva que imponen precauciones en la lectura de los resultados obtenidos y que impiden la estricta comparación entre ellas. El salario medio anual de las mujeres en la Administración asturiana en 2018 era de 26.831€, y el de los varones 31.537€, lo que supone una diferencia salarial del 14,9%. Este dato está ligeramente por encima de la media nacional del 13% de brecha (en este caso en salario bruto por hora) en el sector público y muy por debajo del 29,3% de brecha salarial para el conjunto de la región, según datos del Instituto Nacional de Estadística de 2018.
Por plantilla, las retribuciones son más altas para el personal docente (38.092,9€ y 40.131,6€), donde la brecha salarial se reduce al 5,1%.
En el SESPA no habría prácticamente brecha salarial: en promedio las mujeres ganan 32.700,5€ al año, y los hombres 32.435,1€.