El auge del juego online en España es una realidad de la que no se puede dudar desde hace bastantes años. Ejercicio tras ejercicio, estos negocios consiguen cada vez mayores cuotas de facturación. Eso sí, es necesario que los jugadores sepan en qué tienen que fijarse para poder disfrutar de estos espacios con seguridad.
La situación en España
Hay que partir de forma obligada de una realidad incuestionada: el juego online es cada vez más importante en la economía nacional. Su aportación al PIB, aunque aún está lejos de la de los sectores estratégicos de la económica, es cada vez mayor. A finales de 2019, el aporte estaba en torno al 1 %, una cantidad que no es para tomarse a broma debido a los números brutos que se esconden tras ella.
Buena parte del ascenso de este tipo de negocios se debe a varios aspectos significativos. Por un lado, la oferta de los casinos es cada vez mayor, por lo que atraen a un número de jugadores que no deja de crecer.
Pero, posiblemente, lo que ha hecho que estos negocios crezcan de forma tan importante es que los usuarios han perdido el miedo a usarlos. Hasta no hace mucho, el del juego online era visto como un sector opaco y de dudosa credibilidad.
El trabajo hecho por parte de las empresas y el que existan entidades gubernamentales reguladoras, la DGOJ en el caso de España, son condiciones que han hecho que se disipen muchas dudas generadas en torno a los casinos y a las casas de apuestas.
La evolución del juego en España
Es también interesante tener presente cómo ha evolucionado el sector del juego online para comprender que se trata de uno de los más potentes en crecimiento de la actualidad.
Si atendemos a las cifras netas de beneficio para las empresas, hay que fijarse en que en 2013, uno de los primeros ejercicios en los que la DGOJ recogió información al respecto, las cifras de ingresos estaban en poco más de 200 millones de euros.
Llegado 2019, el último año del que hay datos por el momento, a cifra había crecido hasta los 750 millones de euros de beneficio neto.
Si este crecimiento llama la atención, el de apuestas brutas hechas por los usuarios es incluso más llamativo. La cifra recogida en 2013 por el Ministerio de Consumo fue de unos 5600 millones de euros, mientras que en 2019 la cifra se había disparado a más de 18.000 millones.
Asimismo, desde que en 2014 se superara el millón de cuentas activas de jugadores, el número tampoco ha dejado de crecer alcanzando en el último ejercicio unas cifras que superan con creces los 2 millones de usuarios. Todo ello nos da una idea de cómo ha evolucionado el juego en el país y de cómo puede seguir haciéndolo.
Cómo saber que un casino es seguro
Teniendo en cuenta todo lo anterior, lo cierto es que aún pueden quedar reductos de inseguridad en la red relacionados con el juego online. Así, si eres jugador y buscas encontrar los mejores casinos en línea, sigue estos consejos que vamos a darte para que no te arriesgues en absoluto.
El primer consejo tiene que ver con las licencias. Lo importantes es encontrar el país en el que el casino está afincado, normalmente va a ser Malta o alguno por el estilo, y que se muestren claramente los datos de la empresa encargada.
En caso de duda, es posible navegar por la web de la DGOJ para encontrar si un casino concreto o una casa de apuestas cuenta con licencia en el país, algo que ya debería bastar para saber que se trata de una compañía segura.
En segundo lugar, hay que tener presentes cuáles son los medios de pago e ingreso del casino y encontrar información sobre ellos para saber que son seguros.
El último paso también es importante. Muchas de las empresas dedicadas al juego dedican muchos esfuerzos a obtener sellos de calidad que tengan que ver con el entorno virtual. Uno de los más prestigiosos es el de Confianza Online.
Si encuentras este sello incluido en la información de una página de juegos de casino, podrás estar seguro de estar navegando y jugando con una compañía que se ha sometido a la inspección de entidades ajenas para que estas comprueben su trabajo.
En definitiva, con estos consejos es posible disfrutar del juego en la red sin correr ningún riesgo más allá del propio que marcan los juegos de azar.
