Los últimos meses, como consecuencia del coronavirus, se han dedicado en buena parte a hablar del comercio electrónico, un canal de compra/venta moderno que estaría cambiando la forma en la que consumidores y comerciantes se relacionan. Pero, ¿cuál es la realidad detrás de este fenómeno de crecimiento sin precedentes?
Crecimiento del e-commerce
Según datos recientes, el crecimiento del e-commerce habría sido de más del 20% durante los meses de pandemia. Esto lo ubicaría hasta 60% por encima de lo registrado en el mismo periodo del año pasado.
Las cadenas de descuentos se han visto especialmente beneficiadas, lo que las ha llevado a incrementar significativamente la publicación de ofertas. Algunas de estas incluyen a DIA, Lidl y Aldi, con esta última siendo la que más publica campañas especiales.
Cuando previo a la pandemia era normal encontrar unas 5-6 ofertas mensuales, en la actualidad es posible encontrar hasta 8 folletos de Aldi Online, en los que se incluyen descuentos en frutas y verduras, bebidas alcohólicas, panadería, e incluso vestimenta.
El consumo se concentra solo en 300 competidores
Aunque este crecimiento luzca prometedor y muchos entusiastas y "gurús" se jacten del uso de este canal de comercio en todos los estratos, reportes recientes afirman que más del 75% del consumo se concentra tan solo en las plataformas de 300 empresas. Si se toma en cuenta que en el 2014 se estimaba que ya existían cerca de 85.000 tiendas Online, podemos comprender la magnitud de la cifra.
Este número se dio a conocer en la Guía TOP 300 eCommerce, elaborada por E-SHOW Magazine, y reveló que la mayor parte del consumo se registra en Amazon, Aliexpress, El Corte Inglés, Carrefour e Ikea, sumando entre todos más de 10 millardos de euros anuales. Según categorías específicas podemos toparnos con competidores como eBay, PC Componentes, o Conforama.
Si bien es cierto que los ingresos generados por estas 300 tiendas demuestran que cada vez más personas están consumiendo a través de Internet, el hecho de que casi el 80% de estos se concentre en menos del 10% de todos los comercios virtuales que operan en el país da a entender que esta herramienta está muy lejos de democratizar el consumo en el país.
Barreras por superar
Según lo explicado por el consultor y experto en gran consumo y distribución, Jean-Marie Benaroya, hay varias barreras adicionales que limitan el crecimiento del e-commerce, teniendo como la más importante al gran número de tiendas que existen en cada calle, mitigando el atractivo de consumir a través de Internet.
Otro factor de importancia es la imposibilidad de utilizar nuestros sentidos para analizar los productos que compramos: la mayoría de los clientes quiere ver, tocar y oler los alimentos que compra. Esto se repite en muchas industrias, pero se presentaría con más relevancia en la del gran consumo.
Finalmente, el experto explica que los costos adicionales asociados con el consumo por Internet y que en el pasado recaían en el consumidor, como el almacenamiento del producto, su embolsado y empaquetado, o la entrega a domicilio, incrementan el precio final de los bienes y disminuye la competitividad de las empresas de menor tamaño que no tienen acceso a grandes proveedores de servicios.
Definitivamente el e-commerce es una innovación comercial que está ayudando al crecimiento de millones de negocios en toda la región, y ayudando a los consumidores a encontrar mejores precios con menos esfuerzo, sin embargo, esto no significa que sea un canal perfecto. La mejora de este y su verdadera masificación quedará de tarea para todos los actores involucrados.