El Secretario General de la OEA destaca el crecimiento económico en la región

El Secretario General de la OEA destaca el crecimiento económico en la región

El Secretario General de la Organización de los Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, participó hoy en San José en el seminario “La Década Latinoamericana: Visiones de Desarrollo e Inserción Global”, organizado por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales FLACSO, en el cual destacó los principales retos económicos y políticos que enfrenta el hemisferio en esta nueva década y presentó enfoques esperanzadores acerca del futuro de la región.

Ante una audiencia de académicos y políticos congregados con ocasión de la inauguración de la nueva sede de FLACSO en Costa Rica, el Secretario General ofreció una cátedra en la que evaluó el reciente desempeño económico de América Latina y resaltó el optimismo prevaleciente en esta materia. “La mayoría de las economías de la región han comenzado a crecer vigorosamente, comenzando por Brasil y Argentina, pero alcanzando también a Colombia, Chile, México, Uruguay, Paraguay”, afirmó. En este sentido, citó estudios que reflejan el crecimiento y recuperación de la región en la década de los 2000 y que muestran que la economía de América Latina y el Caribe creció más en la última década que en las dos décadas anteriores juntas, algo que calificó como un “éxito esperanzador”.

En su análisis el jefe de la organización hemisférica aseguró que el crecimiento sostenido se debió a “mayores destrezas en el manejo de la economía, la presencia de sistemas financieros sólidos, un mayor orden en las finanzas públicas y mayores reservas de divisas en nuestros países”, y añadió que “como nunca antes, las causas de la crisis vinieron desde fuera y las políticas públicas de adentro tuvieron un papel positivo en paliarla; esto muestra que, con todas las debilidades de nuestros Estados, su acción no es sólo es indispensable, sino que también puede ser eficaz para enfrentar los desafíos que se avecinan. El gobierno puede esta vez ser parte de la solución”.

En su exposición, el Secretario General Insulza examinó algunos de los obstáculos que quedan por superar en materia económica. Al mencionar que el positivo crecimiento ha sido provocado por un aumento sustantivo en la exportación de materias primas, observó que “aún son insuficientes los avances en materia educativa y en el desarrollo científico-tecnológico”. Entre otras materias que reflejan carencias citó el ahorro, la inversión y la creación de empleos.

En el plano social, explicó que en el continente aún existe un número muy grande de habitantes que viven en la pobreza, “en cantidades mayores de las que cabe esperar en un continente” y recordó que aún subsiste la discriminación hacia los indígenas y afroamericanos, y que un número desproporcionado de hogares pobres sigue encabezado por mujeres. “Estos y otros males van además de la mano con un alarmante incremento de la violencia y la criminalidad. El narcotráfico, el crimen organizado, los secuestros, el tráfico de personas, el tráfico de armas, las pandillas juveniles, son parte integral del panorama de la región”, señaló.

El Secretario General habló también de los desafíos políticos y abogó por la adopción de medidas que modifiquen las políticas de desarrollo, generen educación de calidad, aumenten la creación de empleos productivos y reduzcan los costos de la energía. “Ni el mejoramiento del acceso y la calidad de la educación, ni la innovación productiva, ni la asignación de recursos a los sectores productivos para ampliar las posibilidades de empleo, se producirán de manera mágica por el funcionamiento del mercado”, sentenció.

Al hablar de democracia, el máximo representante de la OEA mencionó las mejoras experimentadas en el continente, aunque destacó que “aún están lejos de generar suficiente confianza en los ciudadanos para hacerse cargo de esos procesos con total legitimidad”. Seguidamente resaltó que el primer requisito indispensable de la democracia “es que los gobiernos tengan su origen y deriven su legitimidad de la voluntad popular: la democracia es elecciones y ejercicio democrático por parte de autoridades electas”. En ese aspecto recordó la labor de observación electoral que realiza la organización que lidera, y recordó que los procesos electorales observados por la OEA en los últimos seis años “han reunido con creces los requisitos de una elección democrática. Por cierto han tenido defectos importantes, pero han sido procesos limpios, con voto secreto y masivo y con resultados ajustados a la realidad del voto”.

Insulza reiteró que el respeto de la voluntad popular no completa la democracia al señalar que “la democracia es tanto de origen como de ejercicio y, para llamarse democrático, un gobierno no debe solamente ser elegido democráticamente, sino gobernar democráticamente.” Advirtió que las democracias de América Latina siguen enfrentando un conjunto de problemas que llamó de “des-democratización”, entre los que incluyó la pobreza, la desigualdad y la discriminación. “La democracia no es compatible con un sistema en que el lugar de los individuos en la sociedad está predeterminado desde su nacimiento”, afirmó.

El máximo representante de la OEA identificó como segundo problema de la democracia, al crimen organizado, que tiene su “núcleo básico” en el narcotráfico, y se deriva en otras manifestaciones como el tráfico de personas, el lavado de dinero, el tráfico de armas, la piratería, etc. “Tampoco es una democracia aquella en la cual hay algunos individuos que se ponen claramente al margen de la legalidad, no aceptan las normas comunes que rigen a toda la sociedad, y se rigen por sus propias normas”, dijo.

La tercera dificultad que afronta la región es la necesidad de gobernabilidad democrática, que se ve afectada por la debilidad de las instituciones y la falta de la independencia y autonomía tanto del poder judicial como de los poderes fiscalizadores y los poderes constitucionales. Finalmente mencionó los problemas en el ejercicio de la soberanía civil y el derecho de las personas, entre ellos el derecho de asociación y la libertad de expresión.

El Secretario General Insulza concluyó en su alocución que “la institucionalidad democrática en la mayor parte de nuestros países es aún frágil para aprovechar plenamente las oportunidades que la nueva realidad internacional le ofrece para alcanzar un crecimiento económico sostenido y sustentable, proporcionar seguridad a sus ciudadanos y desarrollar sociedades más justas e igualitarias”. Del fortalecimiento efectivo de la gobernabilidad democrática, señaló, depende que esta sea realmente la “década de América Latina”.

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