El mandatario sostuvo que "globalización no es igual a igualdad y a justicia, no es igualdad de derecho, hay mucha humanidad pospuesta anhelando subirse al tren de la civilización que hemos inventado".

Aseveró que “la humanidad clama por una gobernanza mundial más equitativa, más justa y más valedera, menos imperial, menos impositiva. Pero nos falta mucho”.

En otro tramo de su alocución, el Presidente Mujica manifestó que los países de la región “necesitamos juntarnos más que nunca para ser alguien en el mundo de hoy, que ampare la debilidad natural de nuestros pequeños estados. Todos tenemos que llevar adelante una cruzada por la equidad y por la igualdad de los muchos postergados y nos toca vivir en el continente más injusto que hay sobre la Tierra pese a ser, probablemente, el continente que tiene mayores reservas, vaya paradoja”.

Con tono reflexivo, aseveró que “tenemos una deuda con los pueblos primitivos, indígenas, que hemos pisoteado, cuando no masacrado. Conformamos un conjunto de naciones que hablan prácticamente la misma lengua, tienen la misma tradición pero hemos vivido de espaldas los unos con los otros”.

Al final de su discurso, reclamó “comida para los pobres e instrucción, conocimiento, para todos. Los pobres del mundo no necesitan lástima, precisan herramientas intelectuales en sus manos y su cerebro para valerse por si mismos”.  
 
La conferencia reúne en Montevideo a representantes de más de 30 gobiernos, entre los que se encuentra la vicesecretaria general de Naciones Unidas, Asha-Rose Migiro, la secretaria ejecutiva de CEPAL, Alicia Bárcena, y la administradora del PNUD, Helen Clark.

El Presidente Mujica estuvo acompañado del canciller, Luis Almagro, los ministros de Salud Pública, Jorge Venegas, y del Interior, Eduardo Bonomi, y el prosecretario de la Presidencia de la República, Diego Cánepa