El aumento de la oferta y el cambio de necesidades en la demanda son los dos factores principales que han provocado una ligera caída de los precios del mercado del alquiler. A causa del COVID-19 los plazos de negociación se han reducido y las rentas a los propietarios han pasado a ser variables
Es evidente que, desde el inicio de la pandemia del coronavirus, la gran mayoría de los sectores se han visto afectados, en mayor o menor medida, por la llegada de una crisis económica. En el caso del sector inmobiliario las consecuencias son visibles, y es que la COVID-19 ha provocado una caída entre el 5% y el 10% en el precio de los alquileres durante la época estival.
Se trata de la primera caída del precio del alquiler después de cinco años de consecutivas subidas. El primer incremento anual en España se produjo en 2015 y fue del 3,6%. Los siguientes tres años la subida fue del 6,7%, 8,9% y 1,8%. Finalmente, en 2019 se produjo un aumento del 5,1%.
“El aumento de la oferta y el cambio de las necesidades de la demanda son dos factores claves que han inducido a una bajada de los precios del alquiler. Tras la experiencia vivida con el coronavirus, las preferencias del demandante han variado. Se ha vuelto más exigente y busca alojamientos con unas características muy concretas. No se conforma con cualquier vivienda” explica Laia Comas, CEO de Inèdit Barcelona, empresa que gestiona el alquiler de habitaciones bajo el concepto de coliving.
Cambios en el sector inmobiliario
Una vez entrados en la fase post COVID-19 se han abierto nuevas oportunidades de negocio dentro del sector. Comas, indica que “recientemente han crecido un 20% los contactos de propietarios e inversores interesados en comercializar pisos con el formato coliving”. A esto, añade “los motivos son varios, pero es importante destacar el problema de los pisos turísticos que, por el momento, no tienen demanda. Por esta razón hay una clara necesidad de sacar rendimiento al inmueble poniéndolo en el mercado del alquiler”.
Muchos de estos propietarios e inversores, además, están preocupados por si los inquilinos podrán hacer frente a las respectivas rendas a lo largo de los próximos meses. Por ello, apuestan por compañías que se lo puedan garantizar. “Ahora mismo los plazos de negociación se han reducido a causa del descenso de la demanda y el consecuente aumento de la oferta” afirma Comas, quien también destaca que “las rentas a los propietarios han pasado a ser variables en lugar de ser fijas dado que la rentabilidad es variable y depende de varios factores como la ocupación del piso, el precio que paga el inquilino, la tipología de inmueble, etc.”.