Está comprobado que el uso de las mascarillas es fundamental para evitar contagiar y ser contagiado de COVID-19. Hasta la OMS se ha rendido a la evidencia y el 5 de junio de 2020 empezó a recomendar su uso para la población en general.
Pero, ¿qué características debe tener una mascarilla para evitar que el virus entre en el organismo? Según Alberto Cantero, CEO de Gamma Solutions Health (Diggia Group), la compañía española que comercializa en exclusiva la mascarilla portuguesa que inactiva el COVID-19, hay seis aspectos clave que deben ser tenidos en cuenta: El primero y fundamental, es el nivel de filtración. Debe ser lo suficientemente tupida como para evitar que sea traspasada por las gotículas aéreas tanto de la persona que la porta hacia afuera como del exterior hacia ella. Está comprobado que el virus es transmitido a través de las gotículas respiratorias que salen por la boca o la nariz de quien está infectado.
Composición. Lo ideal, según la OMS, es que tenga un mínimo de tres capas de materiales: una interna de un material hidrofílico (que absorbe agua con facilidad, como el algodón); otra de material hidrófobo (que repele el agua) para limitar la contaminación externa a través de la nariz y la boca del usuario y otra hidrofóbica media de material sintético no tejido como el polipropileno o una capa de algodón para mejorar la filtración o retener las gotas. Además, los materiales utilizados para fabricarlas deben ser inocuos y no provocar irritación en la piel durante un uso prolongado.
Al mismo tiempo, la mascarilla debe permitir respirar adecuadamente a la persona que la porta. La combinación de filtros de alta calidad con la tecnología de control de humedad más avanzada maximiza la comodidad del usuario. En las mascarillas especialmente diseñadas para favorecer una mejor respiración se emplea alcanfor, que es un compuesto orgánico extraído de la madera de los árboles de alcanfor. Este compuesto es comúnmente utilizado en medicamentos a para tratar varios problemas, como tos, dolor de garganta, picaduras de insectos o problemas cardíacos leves. Su uso alivia la congestión de las vías respiratorias, reduce la inflamación y mejora la inmunidad.
Especificidades. Las que se compran deben especificar claramente a qué normativa están sujetas en su fabricación (UNE 0064-1 y UNE 0064-2, las no reutilizables, y UNE 0065, las reutilizables), así como las instrucciones de lavado para que el material no pierda prestaciones y su eficacia antibacteriana. “Por ejemplo, en el envoltorio de las mascarillas GHKill-VID-WiseProtec, que inactivan el Covid-19 y están comercializadas por Gamma Health, van perfectamente explicadas sus características técnicas y sus certificaciones”.
Ergonomía. La mascarilla debe ser lo suficientemente ergonómica para cubrir boca, nariz y mentón sin dejar huecos en el resto de la cara y así evitar tanto que se expulsen gotículas que pueden contener el virus como que se introduzcan de fuera.
Marcado. Las mascarillas deben estar siempre asociadas a una referencia, o marcado, que asegura que ésta cumple los estándares y requisitos exigidos por las autoridades sanitarias. En los EPI y los PS este marcado debe hacerse de manera individual en cada una de las mascarillas, por el contrario, en las higiénicas, el marcado se indicará en el embalaje de manera clara y duradera. No obstante, Alberto Cantero considera que tan fundamental como tener en cuenta estas claves cuando se adquiere una mascarilla es “mantener la distancia social y una estricta higiene en las manos, como recomiendan las autoridades sanitarias y los organismos internacionales que velan por la salud de los ciudadanos”.