El director general de Salud Pública, Rafael Cofiño, alerta de que quedan “semanas críticas de mucho trabajo y esfuerzo”  El último informe de la evolución epidemiológica de la COVID-19 aporta datos esenciales de cara a planificar una segunda oleada.

Asturias.-Cofiño, y el coordinador del Observatorio de la Salud, Mario Margolles, preentaron este viernes el informe, que está disponible en la web del Observatorio de la Salud (https://obsaludasturias.com/obsa/informacion-covid-19-en-asturias) y que en total, con los criterios establecidos por el Ministerio de Sanidad, contabiliza 334 fallecidos.

Durante los cuatro meses de pandemia, se estima que 16.000 personas han estado en contacto con el nuevo coronavirus en el Principado, de los que se han confirmado 2.435 casos positivos. De entre los confirmados, 1.117 personas precisaron ingreso hospitalario y de ellos, 129 fueron pacientes críticos atendidos en las UCI.

En estos momentos, la comunidad lleva sin computar un caso positivo desde el pasado 11 de junio. No obstante, el director general de Salud Pública se ha mostrado prudente: “Quedan semanas críticas de mucho trabajo y esfuerzo”. Cofiño ha afirmado que se valorará un confinamiento selectivo si la situación epidemiológica lo precisara por un brote.

Adimismo, el titular de Salud Pública considera que “se han cumplido los objetivos de contener los datos de incidencia, facilitar la asistencia sanitaria y proteger a los más vulnerables”. Durante su comparecencia pública ha apelado a la prudencia y a la necesidad de cumplir las medidas de protección: lavado frecuente de manos, uso de la mascarilla y respeto de la distancia social.

Por su parte, Margolles ha señalado que “como epidemiólogo he vivido varias epidemias en una sola pandemia”, aludiendo a un mes de marzo con brotes virulentos y una gran capacidad de contagio del SARs-COV-2. En el pico pandémico, la región tuvo 70 nuevos ingresos hospitalarios al día, 10 en las UCI y 16 óbitos por jornada. En general la incidencia estuvo muy contenida con 120 altas de casos positivos al día en la fase de mayor recuperación.

La tasa de morbilidad de Asturias es la mitad que la media española y cinco veces menos que la de Madrid; la mortalidad es la cuarta parte que en las comunidades más afectadas.

La pandemia no afectó de igual manera a toda la región. De este modo, los concejos con mayor afectación fueron aquellos con brotes en sus residencias de mayores como Grado, Castrillón, Salas, Pravia y Gijón.

Por sexos, la covid-19 ha afectado a más asturianas que asturianos. Las mujeres ingresaron y fallecieron más que los hombres, aunque mayoritariamente ellos precisaron atención en la UCI.

Respecto a los fallecidos, tres de cada cuatro tenían más de 80 años. Aunque la media de edad en la que aparecía la enfermedad fue de 60 años, la de fallecimiento se ubica en los 84. Además, todos los fallecidos tenían alguna patología previa. Según ha informado Margolles, el 60% eran hipertensos, el 40% padecían demencias, cardiopatías y diabetes y un 20% estaban aquejados de enfermedades respiratorias como asma y silicosis.

Por otra parte, el coordinador del Observatorio de la Salud ha destacado la gran capacidad de diagnóstico del sistema público asturiano, que es el que más pruebas ha realizado del mundo después de Dinamarca, al procesar 218.416 de las que 128.000 han sido PCR.

Además Margolles ha subrayado la relevancia de las pruebas serológicas, porque detectan si una persona es portadora del virus o si estuvo contagiada en algún momento. “Esto es importante de cara al otoño y a una segunda posible oleada” ha comentado. Por último, ha explicado que a través de estos test se han confirmado positivos en entre un 2% y un 3% de los casos sospechosos que en marzo presentaban clínica compatible con la covid-19, pero que tenían PCR negativas. Sin embargo, ha manifestado que “están decepcionados con los test rápidos porque dan falsos positivos y falsos negativos”.