Este 3 de julio se celebra el Día Internacional Libre de Bolsas de Plástico, con el objetivo de concienciar sobre la necesidad de reducir las bolsas de plástico de un solo uso y fomentar su consumo responsable.
La huella ecológica que dejan las bolsas de plástico en nuestro medio ambiente es inasumible y es necesario que las autoridades trabajen para su eliminación. Solo están en nuestras manos unos minutos, pero tardan más de 150 años de media en desaparecer, en forma de micro plásticos con sus correspondientes impactos, tal como podemos ver en las orillas de nuestros ríos, en nuestras playas y en muchos espacios naturales.
En estos días es importante recordar en esta pandemia, que los residuos plásticos suponen una amenaza nuestras vidas además para para la fauna de los ríos y los mares. Actualmente millones de toneladas de basura llegan a los ríos y mares tras su abandono. Mas en un sitio como Asturias donde tenemos una de las tasas más pequeñas de reciclaje del plástico de España y de Europa, muy alejada de los niveles que exige la actual normativa europea, que nos pide un 50% y no llegamos al 10%.
El coste ambiental del consumo de bolsas de plástico resulta muy elevado teniendo en cuenta la vida media útil que le damos a cada bolsa. Por otro lado, se trata de un derivado del petróleo para la fabricación y distribución de las cuales se necesita agua y energía, sin dejar de tener en cuenta el tiempo que permanecen en nuestro medio ambiente. El efecto causado sobre las especies marinas y de los ríos es otro de los motivos por los cuales se hace urgente la erradicación en el empleo de este tipo de material ya que originan la muerte de unos 100.000 mamíferos marinos al año.
Ya está reconocido la existencia de micro plásticos en numerosos peces de los que nos alimentamos, que acaban en nuestro plato con el correspondiente impacto en nuestra salud, vía ingesta alimentaria. Mientras se reconoce en muchos estamentos de la grave crisis ecológica a la que contribuye notoriamente el uso de plásticos, de forma especial los de un solo uso; de ahí que se hayan dictado normativas muy restrictivas en algunos casos (como los aplicados a las bolsas de la compra), medidas que en Asturias y en España llevan un considerable retraso con respecto a otros países europeos.
Mientras la comunidad científica sugiere que se debería siempre tender a que la práctica de “reducir, reciclar, reutilizar” fuese una constante en la vida cotidiana de la ciudadanía, los estamentos públicos han de ser los primeros en dar ejemplo de buenas prácticas, como forma plausible de velar por nuestra salud. Recordemos además que los plásticos tienen un escaso reciclaje en Asturias y una nula reutilización en los actuales sistemas de recuperación.
Coordinadora Ecoloxista d’Asturies