Desde esta misma tarde, la exposición titulada Orlando Pelayo: exilio y memoria queda abierta al público en la planta -1 del Edificio Ampliación. La muestra, que originalmente iba a inaugurarse el 26 de marzo de 2020, vio sus puertas clausuradas a causa del cierre decretado con motivo de la crisis sanitaria provocada por el COVID-19.
Hoy, casi tres meses después, Orlando Pelayo: exilio y memoria podrá ser visitada a partir de las 16:30 horas, momento en el que se abrirá la muestra al público. Esta exposición, organizada en conmoración del centenario del nacimiento de Orlando Pelayo, reúne un total de 90 pinturas y dibujos, 17 libros, 36 fotografías inéditas, 1 medalla conmemorativa y 2 documentales sobre la vida y obra del artista, uno de ellos desconocido hasta ahora y producido por la RTPA.
Orlando Pelayo (Gijón, 1920-Oviedo, 1990) es una de las personalidades artísticas más atractivas del pasado siglo XX asturiano así como uno de los creadores de mayor proyección internacional nacidos en esta región. Tanto su vida como su obra están marcadas por el fenómeno del exilio, que Orlando Pelayo padeció a causa de la Guerra Civil, en un primer momento en la ciudad norafricana de Orán y, a partir de 1947, en París. A través del nutrido grupo de obras que conforman esta exposición, el visitante podrá conocer en profundidad qué supuso para Orlando Pelayo el exilio y cómo éste se trasladó a su obra, en ocasiones a través de temas propios e influencias del entorno en el que se encontraba y, en otras, a través de ricas evocaciones y recuerdos de su tierra o, incluso, de personajes de la Historia de su país natal, siempre presente en su pintura.
Orlando Pelayo: exilio y memoria recorre todas las etapas creativas del artista asturiano. En este sentido, arranca con las primeras pinturas de Pelayo, realizadas en Orán entre 1939 y 1947. Se trata de obras figurativas protagonizadas, principalmente, por paisajes oraneses de particular lumínico. Tras su partida a la capital gala en 1947, la pintura de Orlando Pelayo sufriría una transformación que daría como resultado una pintura a medio camino entre la abstracción y la figuración y en la que, sin embargo, evocaría constantemente su país de origen. Orlando Pelayo viviría en París casi medio siglo. A lo largo de ese tiempo su pintura mutaría progresivamente en distintas etapas. Así, tras ese primer periodo parisino de 1947 a 1955, Orlando iniciaba una nueva etapa, denominada solar, en donde prevaleció el color luminoso de raíz fauvista, verdadero protagonista de sus trabajos, así como la descomposición del motivo en planos.
A caballo entre los años cincuenta y sesenta, Pelayo abordó uno de sus proyectos más aplaudidos, la serie Cartografías de la ausencia, donde rememoró plásticamente la geografía española en la que había crecido y que, pese a haber abandonado en un ineludible destierro, siempre revivió a través de un gran mapa clavado en la pared de su atelier parisino.
En su última etapa, que abarca desde 1963 al momento de su fallecimiento en 1990, Orlando Pelayo retomó la figuración a partir de la revisión de la historia de su país. Una de las series más singulares de toda su trayectoria es la que se refiere a sus Retratos apócrifos, a la que posteriormente siguieron las denominadas Pasión según Don Juan, Historia de España, Relatos, Anales Apócrifos e Historias Apócrifas. En todas ellas habita una nutrida corte de personajes que tienen en común su apariencia fantasmagórica en un ambiente violento. Fue, sin duda, este último periodo el que más marco el imaginario creativo en torno a la figura de Orlando Pelayo.
Orlando Pelayo: exilio y memoria se nutre principalmente de las colecciones que los hermanos de Orlando fueron conformando durante la vida y después de la muerte del artista. Un fondo que, en su conjunto, cuenta con algunas de las mejores y más queridas obras realizadas por Pelayo y que, quizás por ello, el artista nunca quiso desprenderse de ellas. Muchas de estas piezas apenas han sido expuestas, o incluso permanecen inéditas hasta la fecha, por lo que resultan desconocidas para gran el público que podrá disfrutar en esta muestra de lo que podríamos llamar los “Pelayo de Orlando Pelayo”.
A estas obras se suman otras procedentes de colecciones particulares e instituciones como Colección Liberbank, Museo de Albacete, Diputación de Albacete y Biblioteca de Asturias Ramón Pérez de Ayala así como algunas pertenecientes al propio Museo de Bellas Artes de Asturias. La muestra estará presente en el Museo de Bellas Artes de Asturias hasta el próximo 6 de septiembre. En torno a la misma se ha editado un pequeño catálogo de la muestra y se han programado una serie de visitas guiadas para el público adulto que arrancarán la próxima semana.