El protocolo diseñado para la Fase 2 por la Consejería de Derechos Sociales plantea un sistema rotatorio que garantice que todas las personas residentes puedan recibir a sus allegados Los familiares deberán desinfectarse las manos a la entrada y salida de los centros, usar mascarilla y mantener la distancia interpersonal de dos metros
La Consejería de Derechos Sociales y Bienestar ha elevado para su validación por parte de Salud Pública un protocolo que permitirá, desde el próximo lunes, las visitas a centros residenciales en casos de grave deterioro cognitivo de las personas mayores. Actualmente, únicamente era factible la presencia de familiares en el proceso de acompañamiento al final de la vida.
Para ello se propone un sistema de visitas rotatorio que se llevará a cabo en el proceso de desescalada para que todos los residentes puedan recibir a sus familiares con garantías sanitarias. La Consejería de Derechos Sociales y Bienestar programa para estos centros –tanto residenciales como de personas con discapacidad- una vuelta a la nueva normalidad por burbujas; es decir, que se adoptarán medidas específicas para cada equipamiento, teniendo en cuenta su situación epidemiológica y su propio plan de contingencia.
El protocolo para las visitas a centros de mayores y personas con discapacidad, pendiente aún de la validación de la Dirección General de Salud Pública, prohíbe el acceso a las residencias con casos positivos de COVID-19, pero sí lo autoriza, en aquellos centros donde no hay personas infectadas, para acompañar a residentes que no tengan el virus ni se encuentren en periodo de cuarentena. El planteamiento que propone Derechos Sociales es que cada residente pueda recibir una visita al día, programada con el propio centro. Estos encuentros se concertarán en diferentes franjas horarias, mediante un sistema rotatorio, con el fin de garantizar que todas las personas que viven en estos equipamientos puedan ver a sus familiares.
La consejería recomienda que el visitante sea siempre la misma persona y recuerda que deberá aplicar todas las medidas de protección que garanticen su seguridad y la de la persona residente: lavado de manos, mantenimiento de la distancia interpersonal de dos metros como mínimo y uso de la mascarilla quirúrgica por ambas partes. En este sentido, se reforzará la limpieza en todos los centros y se llevará a cabo un registro de las personas que han tenido visitas y de los familiares que reciben.
“Nos ponemos en la piel de las familias y sabemos que las medidas de alivio son muy necesarias. Nuestra intención es que cada residente puede encontrarse con un familiar, pero siempre garantizando la seguridad de las visitas, porque no podemos bajar la guardia. El virus sigue ahí”, señala la consejera de Derechos Sociales y Bienestar, Melania Álvarez.