Se consuma otro disparate más en pleno estado de alarma y confinamiento, se autoriza la caza y la pesca en el nivel 1 en el que estamos de la desescalada, por las presiones que ejerce el sector.
Es muy lamentable a esta altura de la temporada de pesca en los ríos, es lamentable que el Principado haya reclamado hoy lunes la vuelta de todos los guardas para la pesca y la caza, no cuando hubo incendios en este confinamiento.
Si no se toman medidas valientes y radicales, tanto a corto plazo como de futuro en los ríos, se está poniendo en peligro especies emblemáticas como el salmón a corto plazo, no podemos permitir que los caprichos de los políticos y el plegamiento a los intereses de ciertas asociaciones de pescadores que creyéndose propietarios del recurso entienden a las truchas y salmones, como de su exclusiva propiedad, siguen anclados en una idea extractiva y depredadora de la pesca ya superada por los acontecimientos.
Si no somos capaces de atajar esta situación no dudamos que a muy corto plazo se acabe con la diversidad biológica de los ríos asturianos, que recordamos es patrimonio de todos, no sólo de algunos de los pescadores. Es una oportunidad “impuesta” que se tiene y de debe aprovechar y por lo tanto pedimos la colaboración de asociaciones de pescadores, universidad y principado para hacer un seguimiento de la fauna piscícola durante lo que resta de “temporada” que nos va aportar datos de cara a adoptar otras iniciativas en beneficio de los ríos.
Por primera vez en la historia de Asturias, y en este caso por motivos ajenos a los meramente medioambientales, tenemos la oportunidad de realizar una moratoria completa de una temporada de pesca, lo cual además de ser un beneficio indudable para las especies fluviales, nos da la oportunidad de poder evaluar los resultados inmediatos de una medida de este tipo.
Esta propuesta demuestra una vez más la falta de sensibilidad ambiental del Principado, que ni se para a pensar la sinrazón que supone dar permiso a los pescadores para hacer decenas o cientos de kilómetros para ir a los ríos a pescar, cuando no deja ir a la gente a caminar por el monte y por las orillas de los cauces.
Es evidente que esté parón de la actividad humana, el cual deseamos que sea superado lo más pronto posible, siempre con las máximas garantías para la salud de la población, ha reflejado unos índices medioambientales positivos, especialmente a nivel de valores de contaminación atmosférica, o de parón también de las labores de pesca recreativa e igualmente la furtiva con fines comerciales hacia la hostelería, no consideramos por tanto conveniente tirar por la borda un beneficio colateral que nos ha traído esta grave crisis sanitaria en la que aún estamos inmersos.
La apertura de la pesca en los ríos, en unas circunstancias como éstas, produciría sin lugar a dudas un efecto llamada de pescadores, que seguramente se reflejaría en una presión de pesca mucho mayor que en condiciones normales y que tiraría por tierra los beneficios de la veda impuesta. Este aumento de presión de pesca se puede observar en los tramos que tras estar un tiempo vedados, son abiertos de nuevo a la pesca, produciéndose habitualmente una sobrepesca esquilmadora que anula el trabajo de años de veda.
Parece que el Principado de Asturias tiene miedo a que tras un año sin pescar mejoremos la salud medioambiental de las especies más amenazadas, o simplemente desea plegarse nuevamente a ciertas asociaciones de pescadores (que en ningún caso representan a la mayoría de los practicantes de esta actividad recreativa).
Coordinadora Ecoloxista d'Asturies