El Observatorio del Emprendimiento en España (también conocido como Red GEM España) recoge las reacciones de los emprendedores españoles ante la crisis de la COVID-19, a través de una encuesta realizada durante el mes de abril
“Mantener el empleo y sobrevivir a esta situación” son las preocupaciones más importantes de los emprendedores españoles.
Durante los primeros 50 días de confinamiento, el 40 % de las empresas españolas se han visto obligadas a cerrar temporalmente y tan solo el 10 % ha continuado con su operatividad habitual, circunstancia que ha provocado un sentimiento de incertidumbre en toda la sociedad, alcanzando a los propios empresarios (un 58 % manifiesta este hecho) que se ven obligados a adaptarse a una situación sin precedentes.
La demanda ha caído de media un 80 %, pero no ha afectado a todos los sectores por igual.
El sector de servicios al consumidor final ha sido el que más ha sufrido con el confinamiento, permaneciendo inactivas el 66 % de las empresas. No obstante, solo el 2 % se plantea no reabrir. Esto tendrá una consecuencia directa en el empleo, ya que el 35 % de las empresas de dicho sector cree que tendrá que reducir personal y solo un 7 % se plantea generar nuevos contratos. Al igual que en el sector anterior, el 35 % de las empresas dedicadas al sector servicio para otras empresas se plantea reducir su personal, debido a una caída del 60 % de la demanda, a pesar de haber continuado teletrabajando. El 45 % de las empresas de este sector piensa en reducir las horas de trabajo y la mitad de ellas en posibles recortes salariales.
Un 57 % de las empresas dedicadas al sector servicios encuentran en la búsqueda de nuevos clientes la solución a esta crisis. En general, ya durante estos primeros días, 1 de cada 4 empresas se ha “reinventado”:
“Una necesidad, dado nuestro tejido productivo con un fuerte peso en el sector servicios, bien sea a empresas o al consumidor final”.
El sector industrial se ha visto menos afectado, conservando un 70 % de su actividad. No obstante, la caída de la demanda y la incertidumbre ha supuesto una disminución del personal y de las horas de trabajo. Además, el 48 % ha aplazado sus planes de inversión, el 16 % se encuentra renegociándola y en torno a un 25 % señala la dificultad de asumir riesgos para salir de esta situación.
La incertidumbre afecta a todos los emprendedores, independientemente del tamaño de su empresa.
El 70 % de los autoempleados no tenía financiación prevista, por lo que los problemas de liquidez se han convertido en la mayor preocupación de este sector, que ha visto reducida su actividad en el 48 % de los casos. La principal demanda de los autoempleados (78 %) es la supresión de la cuota de autónomos, además de mayores fondos públicos, ya que 1 de cada 4 considera que no son suficientes para paliar los efectos de la crisis.
Las empresas de más de 50 empleados han logrado su supervivencia gracias al teletrabajo y piensan adaptarse reorientando su modelo de negocio (65 %), incrementando recursos (12 %) o solicitando financiación extra (45 %). Al cierre de fronteras, y la barrera que esto supone a la internacionalización y a la libre circulación, se añaden a las preocupaciones de estas empresas, en adición a la incertidumbre y a la destrucción de empleo, presentes en todos los tamaños de empresa. La creación de líneas de apoyo para reducir dichas barreras (33 %) y la eliminación de las trabas burocráticas (72 %) son las medidas que estas empresas demandan a las administraciones como ayuda para su recuperación.
El colectivo emprendedor español encara el futuro de manera positiva, buscando nuevas oportunidades en el mercado.
En torno a un 10 % de la población española manifiesta en los informes GEM su intención de emprender y estas son el germen de la regeneración empresarial. Durante los periodos posteriores a la crisis de 2008, su estancamiento fue uno de los problemas más importantes de la actividad emprendedora. Afortunadamente, la gran mayoría de las personas encuestadas (96 %) ve oportunidades, para cualquier empresa (14 %) bien sea de modo excepcional (30 %) o para aquellas que tengan recursos o estén diversificadas (26 %). Entre las oportunidades habría que incluir la puesta en marcha de nuevas iniciativas de negocio, pero parece evidente que los emprendedores y emprendedoras de España ven oportunidades, sin duda la nota más positiva de todo el análisis y la que debe de regir para estas nuevas empresas. Entre el conjunto de encuestados que estaba en fase de creación de su empresa, tan sólo el 4 % han abandonado sus planes, el 45 % va a cambiar su modelo de negocio, pero queda todavía un 35 % que ha paralizado sus planes, cuya principal demanda (75 %) es de medidas de apoyo a la creación de empresas.