Durante su intervención en la Sesión de Trabajo: Situación de la economía global-Plan de Acción para el Crecimiento y el Empleo, de la VI Cumbre de Líderes del G-20, el Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Felipe Calderón Hinojosa, convocó a tomar decisiones definitivas con el objetivo de resolver la actual crisis financiera al menor costo posible para la economía global.
El Primer Mandatario afirmó que no se puede esperar semanas o meses para resolver el problema de Grecia y que se tiene que actuar ahora para evitar el contagio. A su vez, llamó a construir una muralla para resguardar a las grandes economías, como España e Italia, quienes enfrentan problemas de liquidez y falta de confianza, pero no de solvencia.
Y para lograrlo, el Ejecutivo Federal mexicano propuso reunir una gran cantidad de recursos para que de forma contundente se corte de tajo los problemas de contagio y se restaure la confianza y la certidumbre en la economía mundial.
Dijo que una decisión audaz sería permitir al Banco Central de Europa convertirse en prestamista de última instancia para restaurar la liquidez de estas dos economías; o bien, como segunda opción, que el Fondo de Estabilización Financiera Europea, el Banco Central Europeo y otros bancos centrales tomen las acciones necesarias para construir esta muralla.
Advirtió que Grecia tiene problemas de solvencia, además de credibilidad y liquidez, y por ello corre un gran riesgo de caer en default con una deuda equivalente a 31 mil euros por cada hombre, mujer y niño. Propuso que los bancos y acreedores sean obligados a reconocer en su contabilidad la deuda a valor de mercado y que esos bancos sean recapitalizados de manera obligatoria.
Añadió que Grecia también debe tomar una decisión sobre si abandona el Euro y, de decidirlo, debe hacerlo de forma ordenada.
Les recordó a los líderes el caso de Argentina, en 2001, cuando pasó unos años tratando de hacer un fuerte ajuste en sus variables económicas para sostener su caja de conversión monetaria, durante los cuales la economía cayó. Al abandonar un tipo de cambio fijo y permitir una devaluación, la economía argentina empezó a crecer a un ritmo de 8 por ciento anual, un ritmo que mantiene hasta el día de hoy.
Finalmente el Primer Mandatario subrayó que México está dispuesto a contribuir en este proceso si es necesario.